Carlos Javier Gonzalez

El PRI, más cerca de Salinas que de Colosio

Casi todos los conceptos que dicen adoptar después de su asamblea, son extremadamente parecidos a los que expresó uno de los presidentes más neoliberales de la historia de México.

Abogado experto en administración pública

El pasado fin de semana el PRI llevó a cabo su XXIII Asamblea Nacional, misma en que quedó claramente establecido que el PRI siempre será el PRI. El gatopardismo que ha caracterizado a dicha institución política a todo lo largo de su historia, se volvió a manifestar en este evento, en que además de volver a hacer lo que siempre han hecho –transformarse para agradar al presidente de la República en turno– volvieron a presentarse como innovadores, transformadores y vanguardistas, al acercarse cada vez más a los planteamientos que pueden ganarle las simpatías de López Obrador.

Lo que diferenció a esta Asamblea, es que por primera vez se transforman al gusto de un presidente no priista en lo que algunos ven como oportunismo puro y una confirmación de que se saben heridos de muerte a menos que el oxígeno de Palacio Nacional les regale un poco de vida artificial. Montados en cifras alegres –en que no mencionan que perdieron 8 de las 12 gubernaturas que tenían al principio de esta administración– justifican que están en pleno ascenso porque recuperaron algunos distritos y unos cuantos municipios en las elecciones del pasado mes de junio. Y si no hubieran tenido la inercia de la alianza que hicieron con el PAN y el PRD, muy probablemente no hubieran alcanzado ni siquiera esos triunfos marginales que venden como si fueran grandiosos.

Pero lo que más llama la atención, es que la supuesta transformación priista acabó y echó fuera de ese partido una serie de ideas que –a decir de Moreira– les fueron impuestas desde el poder. Como si muchos de los que estaban en ese evento no hubieran aplaudido en su momento cada pronunciamiento, idea y posicionamiento de ese poder del que hoy se dicen víctimas; como si muchos de ellos no hubieran sido parte de esos gobiernos de los que hoy se pretenden deslindar. Como colofón de la transformación tricolor trascendió que ya desterraron el neoliberalismo y que ahora son de centroizquierda, socialdemócratas, feministas, ambientalistas, enemigos de la discriminación, progresistas, aliados de las causas populares.

Casi todos los conceptos que dicen adoptar después de su asamblea, son extremadamente parecidos a los que expresó uno de los presidentes más neoliberales de la historia de México: Carlos Salinas de Gortari. Hay que recordar ese grandilocuente discurso pronunciado por Salinas durante el sexagésimo tercer cumpleaños del partido, en 1994. En ese discurso, Carlos Salinas también… ¡¡¡se distanció del neoliberalismo!!! Fustigó dicha ideología de manera frontal, tajante y clara. Conformó una nueva ideología para su partido, a la que llamó “liberalismo social” y sí, si usted analiza dicho pensamiento político, que el mismo Salinas sintetizó en ese discurso, también se pronuncian como si fueran de…centroizquierda, socialdemócratas, feministas, ambientalistas, enemigos de la discriminación, progresistas, aliados de las causas populares.

¿Cómo creer que se deslindan de la ideología neoliberal cuando se fusilaron la ideología del “liberalismo social” presentada por Salinas de Gortari? Muchos no se la van a creer, por lo que posiblemente aumente la percepción de que el PRI se está echando a los brazos –¿o a los pies?– de AMLO sólo por su propia subsistencia. Y para hacerlo, tienen que anunciarlo mediante el cambio de su supuesta ideología y cambiarla por otra nueva al gusto del presidente.

¿Qué ganará cada uno en esta jugarreta? AMLO logrará sacar sus reformas constitucionales sin problemas y romperá la alianza opositora en el Congreso; el PRI consigue sobrevivir de apéndice lopezobradorista con todo lo que ello implica, y el PAN gana mucho aunque no lo parezca, porque si bien es cierto la alianza opositora le dio cierta fortaleza, la realidad es que el más fuerte de esa alianza era Acción Nacional. Tal vez muchos aliancistas desengañados por la nueva “expulsión del neoliberalismo” den la espalda al PRI y busquen como única verdadera oposición al PAN. Quien no gana nada es el PRD.

El discurso de Alejandro Moreno –Alito– y los mensajes de los participantes en dicho evento recordaron más a un discurso de Salinas que a un discurso de Colosio, a cuyo hijo ya cuestionó Alito por no ser priista. Colosio tendrá sus razones para mantenerse lejos del Revolucionario Institucional.

Si usted cree que la ideología del PRI cambió en algo de los tiempos de Salinas para acá, sólo dele una leída a los dos discursos –al de él y al de Alito– y saque su conclusiones. No se va a sorprender.

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