Carlos Camacho Gaos

Las opciones de Banxico y su política monetaria

Carlos Camacho Gaos*

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Sin duda la reciente evolución de la paridad cambiaria ha llegado a alertar no sólo a los conductores de la política económica, también al empresariado en general, además de alarmar a la población.

Tan sólo en un plazo de 15 meses el peso se ha depreciado en relación con el dólar en 23 por ciento por, muchos factores, principalmente exógenos a la economía nacional, y el nivel alcanzado ya empieza a preocupar por sus posibles efectos futuros en la tasa de inflación, aunque hasta el momento esta apunta hacia el rango de control del Banco de México.

La razón: una depreciación del tamaño de la existente necesariamente se tiene que traducir en un incremento en costos de producción y éstos, a su vez, en aumentos en los precios de los productos de consumo final en la magnitud en la que la proporción de insumos importados sea alta.

Sin embargo, es cierto que no todos los incrementos se pueden trasladar en la misma magnitud en la que se impactan los costos, ya que hay que tener cuidado en que esto no lleve a una disminución importante en la demanda por el producto en cuestión, particularmente cuando los indicadores agregados de la variable consumo no son precisamente alentadores (aunque haya habido un pequeño repunte reciente).

Para contener la depreciación, el Banco Central ha intervenido en el mercado de cambios ofreciendo dólares de la reserva internacional. En episodios anteriores funcionaba, pero al parecer en las últimas semanas no está dando los resultados esperados, a pesar de que el monto diario gastado es mucho mayor al que se requería anteriormente.

Por ello, independientemente de que se siga con la operación de mercado abierto, también debe considerarse como necesario y viable utilizar la herramienta de la tasa de interés, ya que un incremento de medio punto no traería consecuencias en el crecimiento de la economía, dado que la penetración del crédito bancario está lejos de ser de magnitud tal que frene a la economía, sin olvidar que los niveles de tasas de interés de los últimos años han estado muy por encima de los promedios internacionales.

Una medida así contrarresta los argumentos de que hay que esperar a que la Fed haga el movimiento para ver cómo respondemos, pero no elimina la posibilidad de reaccionar si se considera que la tasa de referencia nacional no queda alineada.

* El autor es director de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México Norte.

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