Desde San Lázaro

Tres candidatos por la paz

Más allá de la contienda política, es menester que todos, desde cualquier trinchera, se aboquen a reconstruir el tejido social e impulsar el pleno respeto al Estado de derecho.

El poder de convocatoria de la Iglesia católica y organizaciones civiles para recobrar la paz en el país hizo posible que los tres candidatos presidenciales, Sheinbaum, Gálvez y Máynez, hayan signado el documento denominado Compromiso Nacional por la Paz, lo que en teoría garantiza que la próxima presidenta trabaje en torno a los siete temas que comprende dicho acuerdo y que tienen que ver con tejido social, seguridad, justicia, cárceles, adolescentes, gobernanza y derechos humanos.

Bien por Claudia Sheinbaum al sumarse a esta iniciativa que de suyo, reconoce que las cosas en esta materia se necesitan mejorar para devolverle la paz y tranquilidad a millones de mexicanos que padecen en carne propia los efectos de la pobreza y la marginación, inclusión social, inseguridad pública, violencia y transgresión sistemática de los derechos fundamentales.

La postura participativa de la abanderada de Morena, PT y PVEM en este tipo de ejercicios abona a la reconciliación nacional que tanta falta hace, más en momentos de confrontación política y de polarización. Esto no quiere decir que vaya a coincidir con sus adversarios políticos, pero definitivamente suma al responder a un llamado de las iglesias y de la sociedad civil.

Más allá de la contienda política, es menester que todos, desde cualquier trinchera, se aboquen a reconstruir precisamente el tejido social e impulsar el pleno respeto al Estado de derecho, particularmente en el ámbito de la seguridad pública.

En el evento se entregó a los candidatos el documento Estrategias de Política Pública para la Paz, como resultado del esfuerzo del Diálogo Nacional por la Paz, que como premisa fundamental reconoce la realidad dolorosa de cientos de miles de muertes violentas y de desaparecidos en los últimos años.

Diremos que todas las organizaciones religiosas se suman a este llamado que hace principalmente la Conferencia del Episcopado Mexicano y que promovió los conservatorios y foros de consulta para construir la Agenda Nacional por la Paz que se realizaron en buena parte del territorio nacional, en las cuales participaron más de 20 mil personas y mil 600 organizaciones.

Esperemos que en ese programa nacional de gobierno de la nueva presidenta se incorporen las iniciativas más relevantes de este documento y de otros tantos que incidan en resolver el tema que más preocupa a la población.

Tenemos a la vista un sexenio perdido en materia de seguridad y procuración de justicia y a decir de los expertos, tardará mucho tiempo para revertir esta situación, empero, es alentador que los tres candidatos presidenciales establezcan el compromiso de abocarse a su solución.

El clamor generalizado de las mujeres, de los desplazados, de los familiares de las más de 180 mil personas asesinadas en los últimos cinco años y de toda la población, es terminar con este cáncer social que carcome las entrañas de México.

Este tipo de convocatorias en las que confluyen los tres aspirantes a la Presidencia, deben replicarse en otros temas como la salud, educación, sustentabilidad y economía, entre otros, en donde la participación de la sociedad civil sea fundamental para construir entre todos, ese camino que retome el crecimiento y desarrollo.

El llamado de la Iglesia católica a los aspirantes a tomarse en serio este compromiso y trabajar juntos por la paz más allá de cualquier diferencia política, tiene sus asegunes, porque eso de ponerse de acuerdo los tres es imposible, lo que sí puede ser viable es que la próxima presidenta asuma realmente el contenido del Diálogo Nacional por la Paz y se decida a cambiar la estrategia fallida, llevada a cabo por el gobierno actual de abrazar a los delincuentes en lugar de aplicarles todo el rigor de la ley.

En momentos que estamos ante un Estado fallido en donde, incluso, los sacerdotes tienen que mediar con los criminales para establecer una pax narca en varias entidades del país, como en Guerrero, donde es vital recobrar el pleno respeto al orden constitucional.

En pleno fragor de las campañas, se logró que todas las fuerzas políticas encaren el problema con la participación de sus abanderados presidenciales en esta convocatoria que de entrada ya tuvo éxito, ahora habrá que ver en los hechos, qué tanto fue útil o solo fue una pantomima de los candidatos para granjearse votos y salir en la foto.

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