Desde San Lázaro

Un INE independiente o una dictadura

El presidente libra la madre de todas las batallas para exterminar al INE, con una reforma electoral que parece catálogo para instaurar una dictadura.

La 4T no se juega su futuro en las elecciones presidenciales de 2024, sino en la destrucción que pretenden hacer del INE y en el control total del nuevo organismo electoral.

El presidente libra la madre de todas las batallas para exterminar al INE, con una reforma electoral que la he nominado como el catálogo para instaurar una dictadura.

La obsesión de AMLO por tener al INE bajo su total dependencia es vital para mantener el poder más allá de 2024, ya sea por interpósita persona, léase Claudia Sheinbaum o Adán Augusto López, o mediante una ampliación de su mandato, derivada de una consulta popular organizada y calificada por el nuevo INE.

La supuesta popularidad del presidente López Obrador en las encuestas, no le alcanza para ganar la elección presidencial, sobre todo si la oposición va en coalición y con un candidato competitivo, por ello, es de máxima prioridad para mantener el poder, establecer un nuevo organismo electoral que le permita imponer la “dictadura perfecta”.

La movilización ciudadana y partidista que se hará a nivel nacional el próximo 13 de noviembre para defender al INE, tiene máxima relevancia para defender a la incipiente democracia mexicana.

No se trata de una más de las marchas que se han realizado en este sexenio en contra de AMLO, sino es la representación de una expresión ciudadana de mayor envergadura ante el embate del gobierno totalitario que pretende, tal como ha ocurrido en otros países de la región como Cuba, Nicaragua o Venezuela, mantenerse en la presidencia.

No es una marcha de fifís o de conservadores, es la expresión nítida, firme y contundente del pueblo de México para defender a la democracia, las libertades y el respeto irrestricto a los derechos humanos.

Los actuales diputados y senadores no han sopesado totalmente la responsabilidad que tienen en estos momentos no solo para defender al INE y la permanencia de los partidos políticos en el espectro nacional, sino para defender a la República, al federalismo y a la división de poderes, ante el mayor peligro que ha enfrentado desde tiempos de la Revolución.

Si el Congreso aprueba el catálogo para establecer la dictadura, no habrá ningún instrumento institucional para sacar a Morena y a AMLO del poder.

La lucha por hacerse del INE que despliegan AMLO y su equipo se libra en diversos frentes; uno, en el Congreso con el resurgimiento del PRIMOR, en donde Alejandro Moreno y sus principales compinches, están prestos para votar a favor de la reforma electoral del presidente.

La ansiada mayoría calificada está asegurada con los votos del PRI, empero, la mayoría de los legisladores tricolores no acompañan a su dirigente nacional en esta locura que, no solo entrega el poder a la 4T para el otro sexenio, sino que eliminaría a las minorías representados por el PVEM, PT, PRD, MC y, por supuesto, el PRI, quienes seguramente perderían sus prerrogativas con los resultados de las elecciones de 2024.

Otro frente en donde se emprende una lucha frenética, es en la opinión pública, en los medios de comunicación y en las redes sociales, en donde el “círculo rojo” y los ciudadanos informados rechazan la reforma electoral del presidente, aunque para un sector de la población, sobre todo para aquellos que están “maiceados”, el argumento del gobierno va ganando terreno.

El tercer frente es igual de relevante que los otros, es el recelo que existe en el gobierno del presidente Joe Biden, ante el riesgo que representa la instauración de una dictadura de izquierda en su patio trasero, que de suyo, ya es una seria amenaza a la seguridad interior del país vecino, por el avance del narcoterrorismo en México y por ende, la penetración que están haciendo los cárteles de la droga en territorio estadounidense.

Los garantes por antonomasia de la democracia en el mundo, no permitirán de ninguna manera, que López Obrador destruya el andamiaje legal y jurídico que conforma el régimen democrático de su principal socio comercial y vecino.

Si el jefe del Ejecutivo federal cree que tiene el camino libre para cooptar al INE y volverlo un apéndice de la Segob —como ocurría antes— y con ello manipular los resultados electorales como se hizo cuando Manuel Bartlett era secretario de Gobernación en tiempos de Miguel de la Madrid y que, con el argumento de la caída del sistema de medición de resultados de la elección presidencial, le quitaron el triunfo electoral al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano, para dárselo a Carlos Salinas de Gortari, está muy equivocado; al también desestimar a la Comunidad Europea en sus protestas por el nacimiento de otra dictadura en el continente americano.

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