Jesús Garza

Jesús Garza: Del nearshoring al de-shoring

La relocalización pierde fuerza en México por inseguridad, incertidumbre política y falta de infraestructura.

En los últimos años México ha sido un destino privilegiado para la industria manufacturera global, el famoso nearshoring, que se derivó de la guerra comercial entre China y EUA.

El auge del nearshoring se debió, principalmente, a la proximidad geográfica con EUA, costos laborales competitivos y la integración comercial con EUA y Canadá.

La capital de Nuevo León se convirtió en el epicentro del nearshoring atrayendo gran parte de la inversión extranjera que entra al país. Una fuerza laboral calificada y la infraestructura industrial son factores que han beneficiado al estado.

Sin embargo, los datos más recientes apuntan a un de-shoring o el retiro o reducción de las operaciones de muchas inversiones.

En el primer trimestre de 2025 el Banco de México reportó una caída en la inversión extranjera directa. Ejemplos de de-shoring tenemos el retiro parcial de las empresas automotrices del bajío, la cancelación de proyectos en Nuevo León, la relocalización de empresas chinas a otros países, la reducción de operaciones del sector textil en Puebla y la cancelación de inversiones en el sector energético, entre otros.

Los factores que están provocando del de-shoring no son solamente externos y resultado del proteccionismo de EUA. Existe creciente incertidumbre política y regulatoria en el país.

La reforma judicial que se votará pronto y que propone la elección de jueces por voto popular, es un riesgo para la independencia judicial y el estado de derecho. No se tiene la infraestructura suficiente para satisfacer la demanda energética e hídrica en el futuro.

Asimismo, la falta de inversión pública en infraestructura de transporte está afectando a la competitividad nacional.

Los costos laborales han crecido constantemente en alrededor de 20 por ciento anual desde 2019, y aunque siguen siendo competitivos, están perjudicando al sector industrial.

La violencia e inseguridad relacionada con el crimen organizado es un obstáculo para la inversión y no parece tener fin.

Finalmente, no existen políticas gubernamentales adecuadas para promover la innovación y la ciencia, que, aunado una baja inversión pública, limita el desarrollo de un ecosistema empresarial robusto.

Las consecuencias del de-shoring son evidentes. Según el INEGI, durante el primer trimestre de 2025 se perdieron 487 mil empleos.

El Banco de México reportó una contracción de 21 por ciento anual de la inversión extranjera directa de enero a marzo y los últimos pronósticos del FMI indican que México decrecerá 0.3 por ciento en 2025, contrastando con un crecimiento robusto del resto de la región latinoamericana.

El autor es director general de Soluciones Financieras GAMMA, CEO de Miri Capital LLC e investigador no residente de Baker Institute en la Universidad de Rice. Tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido.

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