Aunque la mayoría se dijo, en un inicio, en contra de la elección judicial y sorteó las complejidades de los exámenes para ser jueces, candidatos con carrera judicial tampoco ven que las campañas sean ‘miel sobre hojuelas’, pues el conocimiento no los hace necesariamente influencers, esquema que prácticamente les dejó la autoridad electoral.
El Financiero entrevistó, al azar, a aspirantes a jueces con carrera judicial que hayan pasado por la experiencia de los exámenes que comprendían al menos tres etapas. Los entrevistados coincidieron en que no eran equitativos e implicaban al menos un año de estudio; sin embargo, dos meses de campaña, limitada a volantes y redes sociales, no se traduce en algo fácil.
Enoch Cancino Osorio llegó a convertirse en los jueces más jóvenes mediante la carrera judicial. Aplicó en dos convocatorias, y jamás las pasó. Ahora busca refrendar su cargo como juez laboral en Hidalgo.
“Hacer campaña significa hacer un esfuerzo mayor que los exámenes. Como abogados no estamos acostumbrados a trabajar en las calles, sino en los tribunales. No somos políticos. Claro que sí está más difícil”.
Dijo valorar la posibilidad de que ahora las personas puedan elegir, y en su opinión la elección enriquecerá el Poder Judicial con perfiles con experiencia de otros ramos, como despachos, academia o fiscalías y no solo con gente de carrera judicial.
Vanesa Zárate Vergara, aspirante a juez mixta en Hidalgo, pasó la primera etapa de los exámenes, pero no siguió, por cuestiones que no detalló, con la convocatoria. Lo complejo de la campaña ha sido que en su distrito judicial, conformado por 84 municipios, la mayoría no tiene acceso a internet. “Es complicado, aunque no imposible”.
Hay quienes de plano no pasaron la primera etapa de los exámenes.
Nelly Contreras Torres, candidata a juez en materia de amparo, en el estado de Puebla, y actual secretaria de tribunal, compartió las desventajas del examen judicial, y aunque la elección judicial tiene una “buena intención”, se encuentra en fase “experimental”.
Aplicó a la convocatoria para juez, cuando tenía seis meses de embarazo.
“No lo acredité. Más que reflejar conocimiento reflejaba tiempo de estudio. Prácticamente memorizar jurisprudencias. Había preguntas contradictorias”.
Compartió que como madre de tres hijos tenías desventajas, aunado a aspirantes que tenían el apoyo de los titulares del tribunal para avocarse a estudiar.
“Se nos ató de pies y manos para hacer más ruido en la sociedad. Hay mucho por perfeccionar. Es un concurso de popularidad, quienes no tenemos la habilidad de la comunicación, podemos vernos mermados”.
María Estela España García, aspirante a juez civil en la Ciudad de México y secretaria proyectista, indicó que también el ser madre y mantener sus funciones complicó que pasara los exámenes, pero “en mi mente nunca pasó pedir un permiso para poder estudiar”; sin embargo, descartó que con la campaña salgan beneficiados.
“Con la campaña equidad no existe. Hay gente muy joven, pero no ha pasado por la carrera judicial, cada puesto tiene su porqué. Hay quienes traen equipos de 30 personas, otros que no porque tenemos obligaciones económicas”.
Otros entrevistados con carrera judicial consideraron que incluso aplicar para cargos de base del Poder Judicial era complejo.
Carlos López Fuentes, aspirante a juez mixto en Durango, compartió que por pandemia no pudo participar ya en una convocatoria a juez, pero recordó que incluso los exámenes que hizo para ser actuario judicial y secretario de juzgado, ya eran “rigurosos”, y ahora el “tema popular cambia la dinámica, pero es un reto mezclar el tema jurídico y social”.
Kristian Bernal Madrid, candidato a juez en materia mixta en Sonora y actual secretario proyectista, sí ve una ventaja.
“A nivel federal no tuve la oportunidad de hacer el examen porque te pedían mínimo cinco años de ser secretario, entonces para ser secretario tenías que acreditar un examen, que es muy bueno. El detalle del Poder Judicial es que si no tenías una persona muy cercana no podías ser secretario. Antes era más complicado porque ocupabas un padrino”.