DONESTK.- El gobierno de Ucrania tomó una postura agresiva contra los separatistas prorrusos y prometió expulsarlos de la reducida zona que controlan, además de imponer nuevas condiciones antes que las conversaciones de paz puedan reanudarse.
Pero mientras los militares toman posiciones para rodear el territorio bajo control rebelde en el oriente de Ucrania, el gobierno afirmó que interrumpiría los ataques aéreos y de artillería que sacaron a los rebeldes de otros poblados para no aterrorizar a los civiles.
Ucrania se ha mostrado cada vez más confiada en los últimos días después de expulsar a los insurgentes de Slaviansk, una ciudad que había sido el corazón de la resistencia armada desde mediados de abril. Funcionarios de seguridad dijeron el martes que la zona que controlan los rebeldes se ha reducido a la mitad.
Esto ha obligado a cientos de insurgentes a reagruparse en Donetsk, la capital regional, donde ocupan edificios del gobierno y se mueven con libertad por toda la ciudad.
Andrei Purgin, viceprimer ministro de la autoproclamada República Popular de Donetsk, dijo que los rebeldes cuentan con unos 15 mil combatientes y centran sus esfuerzos en defender Donetsk, un importante centro industrial de un millón de habitantes.
"Estamos creando un puño que está listo para combatir y repeler al ejército de Ucrania", dijo Purgin.
Agregó que sus fuerzas controlan todo Donetsk, donde las calles normalmente llenas de gente estaban en lo fundamental vacías, excepto grupos rebeldes con fusiles automáticos en patrulla.
"Después de Slaviansk estamos recuperando fuerzas y descansando. En Donetsk nos sentimos como en casa, una casa que hay que defender y proteger", dijo un combatiente de 27 años que se identificó solo como Dimitri, quien patrullaba un distrito central junto con otros siete milicianos.
Uno de los principales activos de la zona bajo control del gobierno el aeropuerto, donde intensos combates en mayo dejaron docenas de insurgentes muertos. Purgin prometió que los rebeldes pronto tomarían "todas las instalaciones de interés, incluido el aeropuerto".
Alexander Lukianchenko, alcalde de Donetsk, quien ha evitado tomar partido abiertamente en el conflicto, dijo que el presidente de Ucrania le aseguró que los militares no lanzarán golpes aéreos o de artillería sobre la ciudad.
Esos ataques contra Slaviansk y otras ciudades bajo control de los rebeldes provocaron críticas de Rusia, que acusó al gobierno de Kiev de matar civiles indiscriminadamente.
Más de 400 personas han muerto y decenas de miles han tenido que abandonar sus hogares durante los casi tres meses de enfrentamientos entre los rebeldes y el gobierno de Kiev, que llegó al poder cuando el presidente anterior, estrecho aliado de Rusia, fue derrocado en febrero.
Andréi Lisenko, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, dijo el martes que se preparan planes para recapturar Donetsk y Lugansk, sin el uso de artillería o la aviación. El lunes dijo que las fuerzas armadas crearían cordones alrededor de las dos ciudades para tratar de interrumpir las líneas de suministros de los rebeldes.
En Lugansk, un edificio de apartamentos y un centro empresariales fueron bombardeados el martes pero no se reportaron lesionados. No estaban claras las circunstancias de esos ataques.
Los rebeldes en Ucrania y los nacionalistas en Rusia han pedido al Kremlin que proteja a los insurgentes, pero el presidente ruso Vladimir Putin no ha hecho hasta ahora ningún comentario sobre la derrota en Slaviansk.
Kiev ha acusado a Rusia de dar apoyo directo a los insurgentes, algo que Moscú niega.
Por su parte, Purgin reconoció sentirse decepcionado con Rusia.
"No comprendemos la postura de los líderes rusos", dijo. "Pero sentimos el apoyo colosal de la sociedad rusa".