En su discurso de investidura, el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, instó a Unidos Podemos (UP), y a su dirigente Pablo Iglesias, "a unir fuerzas, sensibilidad, inteligencia y experiencia para mejorar la vida de los españoles y así cambiar la historia de España".
"Debemos atender esa llamada y hacerlo guiados por el ejemplo de las generaciones que nos precedieron y de la Constitución que nos legaron", agregó Sánchez a Iglesias, que no aplaudió el discurso.
"Tenemos la posibilidad de sacar adelante todo aquello en lo que coincidimos: la promesa de la izquierda, un progreso ecológicamente sostenible y su distribución justa", dijo en su sesión de investidura.
"Pero nada que merezca la pena es fácil y lo que tenemos por delante merece mucho la pena", reconoció el líder del PSOE.
Recordó que con su voto los españoles apoyaron "avanzar y no cuestionar nuestro modelo de convivencia territorial, así como repudiar la violencia contra las mujeres".
Sánchez le exigió a la derecha, el Partido Popular y Ciudadanos permitir la formación del gobierno, con la abstención de sus legisladores. De Vox, el partido de los ultras, no hizo mención.
En Twitter, el líder socialista escribió: "Responsabilidad. Para que España siga avanzando. En justicia social, convivencia y en limpieza democrática". En otro mensaje se pronunció: "por un gobierno progresista, europeísta y feminista".
Sánchez fue el vencedor de las elecciones del 28 de abril, aunque sin una mayoría suficiente, por lo que el PSOE espera cerrar un pacto con UP que le permita formar gobierno. Mientras continúan las negociaciones el político ejerce el poder como presidente en funciones.
Después de que los socialistas calificaran a UP como "socios preferentes", las relaciones entre ambos partidos se tensaron por la exigencia de Iglesias, de formar parte del gobierno, algo que Sánchez no aceptó y llegó a considerar que eso era el "escollo" para acordar un posible Ejecutivo de coalición.
La renuncia de Iglesias a su propia ambición de ser parte del gobierno allanó el camino, aunque las negociaciones aún siguen con mucha tensión.