ABU DABI.- Decenas de miles de católicos y varios miles de musulmanes asistieron este martes a una misa pública sin precedentes celebrada en Abu Dabi por el papa Francisco, en la primera visita que realiza un pontífice a la Península Arábiga.
Más de 120 mil fieles llenaron el estadio Zayed Sports City y sus alrededores en Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos, para ver a Francisco, que se encuentra en el país para promover el diálogo interreligioso.
Emiratos Árabes Unidos alberga alrededor de la mitad de los dos millones de católicos expatriados que viven en la península, lugar de nacimiento del Islam en la vecina Arabia Saudita. La comunidad incluye un gran número de personas de Filipinas e India.
En su homilía, pronunciada en italiano y traducida al árabe con subtítulos en inglés en las pantallas gigantes, Francisco hizo una referencia directa al sufrimiento que soportan algunos.
"Lo más seguro es que para ustedes no sea fácil vivir lejos de casa, extrañando el cariño de sus seres queridos, y quizás también sientan incertidumbre por el futuro", manifestó. "Pero el Señor es fiel y no abandona a su pueblo".
El papa dijo también a sus files, la mayoría de ellos pobres y con trabajos manuales, que no necesitan levantar grandes obras "sobrehumanas" para ser fieles. El mensaje ensalzaba la humildad en un país que cuenta con el rascacielos más alto del mundo y es conocido por su opulencia y exceso.
Jesús, apuntó el pontífice, "no nos pide que construyéramos grandes obras ni llamemos la atención hacia nosotros mismos con gestos extraordinarios. Nos pidió que produjéramos una única obra de arte, posible para todos: nuestra propia vida".
La multitud estaba eufórica y apreció las palabras del argentino.
"El Señor se especializa en hacer cosas nuevas; incluso puede abrir caminos en el desierto", declaró el pontífice al final de un viaje donde se reunió con el gran Imán de la mezquita de Al-Azhar de Egipto y los líderes de EAU.
"Para mí, como cristiano, este es uno de los días más importantes de mi vida", dijo Thomas Tijo, hombre de 44 años del estado de Kerala, en el sur de India, que vive en Emiratos Árabes Unidos y viajó en autobús desde las primeras horas para llegar al estadio.
Los organizadores calcularon la participación de católicos de alrededor de 100 naciones, junto con unos 4 mil musulmanes, incluidos funcionarios del gobierno.
El papa Francisco, que llegó el domingo por invitación del príncipe heredero de Abu Dabi, aprovechó la visita para condenar las guerras regionales, como la de Yemen, el país más pobre de la península. También pidió una mayor cooperación entre cristianos y musulmanes.