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Merkel, al acecho por 'dieselgate' a semanas de elección

La canciller se reunirá con líderes de 80 ciudades afectadas por los altos niveles de contaminación para discutir opciones a fin de reducir las emisiones de diésel, ello tras ser cuestionada por sus decisiones en torno a la industria automotriz.

La canciller alemana, Angela Merkel, se reúne con los alcaldes para tratar de buscar una manera de salir de la crisis del diésel de Alemania un día después de enfrentar duras preguntas sobre el tema en un debate con su oponente electoral.

La canciller recibe este lunes a líderes de 80 ciudades afectadas por altos niveles de contaminación para discutir opciones a fin de reducir las emisiones del diésel sin implementar prohibiciones de conducción, con lo cual algunos municipios y tribunales han amenazado.

Peter Altmaier, su jefe de gabinete, dijo al diario Tagesspiegel antes de la reunión de Berlín que las ciudades alemanas necesitarán más fondos para luchar contra la contaminación.

En su único enfrentamiento televisado cara a cara con Martin Schulz, su oponente socialdemócrata en la votación alemana del 24 de septiembre, Merkel expresó su indignación contra los ejecutivos de la industria automotriz, diciendo que habían socavado un pilar de la economía de exportación de Alemania.

Cuestionada por un moderador del debate sobre por qué se había mostrado demasiado blanda con los fabricantes de automotores, Merkel respondió que las medidas deben ir más allá de las mejoras del software ya negociadas con el sector.

Volkswagen, Daimler y BMW acordaron el mes pasado actualizar más de 5 millones de coches diésel en Alemania en un intento de salvar su acosada tecnología diésel y terminar con el escándalo de las emisiones que no ha mostrado signos de disminución después de casi dos años.

El acuerdo alcanzado el mes pasado con el Ministerio de Transporte alemán no incluía correcciones al hardware real en los coches, lo cual sería mucho más caro.

"No puede acusarme de ser condescendiente -estoy indignada; estoy lívida–", dijo Merkel después de que Schulz sugirió que su gobierno, que incluye a los socialdemócratas como socio menor, no se ha opuesto suficientemente a los fabricantes de automóviles. Al mismo tiempo, Merkel advirtió contra la "demonización" de una industria que apoya 800 mil empleos en Alemania.

Tres semanas antes de que los alemanes acudan a las urnas, el intercambio ilustra cómo el escándalo del diésel, también conocido como 'dieselgate', se ha convertido en un inesperado enfoque de campaña.

El bloque dirigido por los demócrata cristianos de Merkel lidera en todas las encuestas nacionales, lo que obliga a Schulz a atacar en su intento de negarle un cuarto mandato a la titular.

Mientras Merkel enumeraba una serie de puntos de discusión relacionados con la campaña para superar la crisis del diésel, Schulz personalizó el tema mencionando a los contratistas que llegaron a su casa en Aquisgrán, Alemania, conduciendo camionetas diésel.

"Todos ellos tenían dos preguntas: ¿tenemos que pagar por la revisión nosotros mismos? y ¿habrá una prohibición de conducción en Aquisgrán, así que no podré hacer mi trabajo nunca más?", dijo Schulz.

Schulz tuvo que esforzarse por marcar las diferencias entre él y Merkel, y también discutieron sobre su pedido de permitir a los propietarios de vehículos la opción de una forma alemana de demanda colectiva contra los fabricantes de automóviles. Ambos candidatos rechazaron las prohibiciones de conducir automotores diésel por considerar la medida un riesgo para los empleos.

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