WASHINGTON, D.C.- Después de meses de insistir en que la Convención Nacional Republicana se desarrollará según lo programado a pesar de la pandemia, el presidente Donald Trump está llegando lentamente a aceptar que el evento a fines de agosto no será el "infomercial" de cuatro noches que había anticipado.
Luego de un cambio de sede de Carolina del Norte a Jacksonville, Florida, para pronunciar su discurso de aceptación de la candidatura para el 27 de agosto, el repunte de los casos de coronavirus y una fuerte recesión, colaboradores y aliados de Trump se preguntan cada vez más si vale la pena, e incluso algunos ya están proponiendo que la convención se elimine por completo.
Estos argumentan que las convenciones buscan establecer la visión de un candidato para los próximos cuatro años, no provocar meses de intriga sobre la salud y la seguridad de los asistentes. Al final, la decisión sobre si seguir adelante será sólo de Trump.
El mandatario y sus ayudantes habían depositado sus esperanzas en crear el espectáculo de un discurso de aceptación formal en Jacksonville, imaginando una arena repleta de seguidores, sin máscaras. Hacia afuera, la Casa Blanca y el Comité Nacional Republicano han dicho que el plan sigue de acuerdo con lo establecido. Agencias