CARACAS.- Si se mira hacia abajo, desde lo alto del entronque de la avenida Libertador, el río de personas que fluye sobre la autopista Francisco Fajardo –que cruza toda la ciudad de Caracas, como una especie de Periférico- parece no terminar. "!Fuera Maduro, no te queremos!", gritan desde abajo miles de voces que desfilan bajo el sol agobiante de la primavera venezolana, con carteles que dicen "!No más dictadura!", vestidos con camisetas blancas y banderas tricolores.
Ayer, en la capital del país, más de 500 mil personas, según datos de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), marcharon desde siete diferentes puntos de reunión hasta Altamira. Cuando llegaron ahí, diputados de oposición dieron un discurso donde pidieron: "Maduro ¡asómate!, para que veas como el bravo pueblo te está poniendo la mano en el pecho para recuperar al democracia. ¡Vamos a recuperar la democracia por el camino de la paz!.
El presidente Nicolás Maduro no se asomó. El Partido Socialista Unido de Venezuela convocó a otra marcha en el centro de Caracas para defender "los intereses de la nación" y su vicepresidente, Diosdado Cabello –el segundo en el partido, sólo después de Maduro- dijo que "en la ciudad no hay disturbios. El pueblo dice que Maduro se quede. Venezuela no es lo que los grandes medios dicen, quien quiera puede venir a pasear, somos un país de paz y tranquilidad".
Esa tranquilidad que presumía, no se sintió. Después de terminar el mitin en Altamira, el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara, les preguntó a los miles de caraqueños que lo escuchaban si querían dirigirse a la Defensoría del Pueblo, en el centro, a exigir la destitución de los magistrados. Respondieron en un estridente: "¡Sí!"
Así comenzó una caminata de más de siete kilómetros sobre el asfalto caliente de la autopista. El río de manifestantes pudo cubrir los dos sentidos y se fue haciendo ruido, golpeando la contención de metal y cantando a quienes se detenían con sus celulares a tomar fotos: "¡deja de filmar, vamos a marchar!". Un joven miró hacia atrás y dijo "¡no sabía que había tanta gente en Venezuela!". En el camino, se vio a tres niños colgados de la reja de su casa gritando "¡fuera Maduro, fuera Maduro!". Una señora les regaló una bandera naranja de Voluntad Popular, el partido de oposición, y la agitaron felices.
La alegría se detuvo a la altura de Monte Bello donde la Guardia Nacional Bolivariana cubrió con una nube de gas lacrimógeno al primer frente. El "piquete", se intentó romper por más de dos horas. "¡Somos más, somos más!", cantaban todos. El saldo del enfrentamiento fue de 30 detenidos y varios heridos, entre ellos el gobernador de Miranda, Henrique Capriles.
Mujeres asustadas, cubiertas de crema blanca para evitar el gas lacrimógeno, saltaron a los carriles laterales y poco a poco la gran masa se fue perdiendo.
El saldo del enfrentamiento fue de varios heridos, entre ellos el gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles, quien salió del contingente,, asfixiado, después de haber sido rociado con gas, al grito de "¡no te rindas!" y de "¡presidente, presidente!".
Por la tarde, en conferencia de prensa, Capriles ironizó y contó "cada vez que roban o matan en la ciudad de Caracas es imposible encontrar a un policía…hoy a nuestra marcha llegaron cualquier cantidad. Pero el gobierno debe saber que nosotros somos contingentes, ellos sólo una pandilla".