El primer ministro canadiense, Mark Carney, afirmó que una acción inmediata para reducir los aranceles chinos sobre productos canadienses como la canola nunca fue un resultado realista de su reunión con el presidente chino Xi Jinping.
La reunión celebrada el viernes al margen de la cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico en Corea del Sur fue el primer encuentro bilateral oficial entre líderes de Canadá y China desde 2017.
“Lo que se logró en la reunión, que era el objetivo de la misma, fue establecer esa relación al más alto nivel por primera vez en ocho años y desbloquear algunas cosas”, dijo Carney a los periodistas el sábado, unas horas antes de volar de regreso a Canadá.
Señaló que había aceptado la invitación de Xi para visitar China “en el nuevo año”. No hizo predicciones sobre la rapidez con que podrían resolverse cuestiones como los aranceles y las restricciones de viaje para los ciudadanos de cada país.
“A veces la gente lo simplifica, dando esto por aquello”, dijo Carney. “Así no funcionan las cosas”.
El gobierno de Carney ha hecho de la diversificación comercial uno de sus principales objetivos. Alrededor del 75 por ciento de las exportaciones canadienses de bienes se destinaron a Estados Unidos el año pasado, lo que hizo que la economía fuera particularmente vulnerable ante la política arancelaria del presidente estadounidense Donald Trump.
En un importante discurso pronunciado en octubre, el primer ministro, de 60 años, afirmó que su gobierno está desarrollando una estrategia para duplicar las exportaciones no estadounidenses en una década, lo que, según dijo, generaría 300 mil millones de dólares canadienses (214 mil millones de dólares estadounidenses) en comercio adicional.
Impulsar el comercio con las economías más grandes de Asia será clave para ello, pero algunos observadores dicen que no sucederá a menos que el gobierno elimine las barreras a la expansión de las exportaciones de recursos naturales, como una norma que prohíbe los buques petroleros a lo largo de gran parte de la costa de la Columbia Británica.
“Como primer ministro, mi principal objetivo es devolver a los canadienses el control mediante el desarrollo interno y la creación de nuevas alianzas en el extranjero para que no dependamos de Estados Unidos”, dijo Carney en un nuevo video publicado en las redes sociales el sábado.
El gobierno tendrá que recortar ciertos tipos de gastos, advirtió, para poder costear “inversiones masivas en los elementos que impulsan nuestra economía: viviendas, nuevos puertos, redes eléctricas, la infraestructura principal que liberará todo el potencial de Canadá”.
El ministro de Finanzas, François-Philippe Champagne, presentará el martes el primer presupuesto del gobierno federal bajo el mandato de Carney.
Canadá, con cautela ante aranceles de China
Durante su conferencia de prensa, el primer ministro añadió que existe un objetivo a largo plazo de abrir “un abanico mucho mayor de oportunidades para una gama más amplia de empresas canadienses” en China.
Algunas de esas oportunidades de negocio probablemente no generarían controversia, dijo Carney, citando como ejemplos a minoristas canadienses como Lululemon Athletica Inc. o Canada Goose Holdings Inc. Añadió que tal vez sea necesario mantener las restricciones a la inversión en sectores más sensibles, como el de la ciberseguridad.
Sin embargo, aún no está claro qué es exactamente lo que Carney está poniendo sobre la mesa en lo que respecta a la negociación de los aranceles a las importaciones chinas en Canadá.
El año pasado, bajo el mandato del entonces primer ministro Justin Trudeau, Canadá impuso aranceles elevados a los vehículos eléctricos, el acero y el aluminio chinos. Posteriormente, China aplicó gravámenes a diversos productos alimenticios canadienses, en particular a la canola, un importante producto agrícola de exportación a Asia.
Carney se mostró vago cuando se le preguntó si estaba dispuesto a ceder en el arancel del 100 por ciento que Canadá impuso a los vehículos eléctricos chinos, diciendo únicamente que su gobierno “procederá con cautela” dados los desafíos más amplios que enfrenta el sector automotriz, una probable referencia a los aranceles impuestos por Trump a las importaciones de automóviles canadienses.
Carney afirmó que se está llevando a cabo una conversación más amplia sobre la cooperación con China en el sector de las energías limpias.
“Algunas de las empresas más competitivas del mundo son chinas, tanto en energía eólica marina como en almacenamiento de baterías”, dijo Carney. “Es un área con un gran potencial de cooperación incluso antes de llegar a los vehículos eléctricos”.







