El 11 de agosto, el juez federal Frederic Block emitió una orden que dejó en evidencia las duras condiciones de reclusión de Rafael Caro Quintero en la cárcel metropolitana de Brooklyn, Estados Unidos.
Los abogados del narcotraficante mexicano habían denunciado que su cliente estaba siendo sometido a un aislamiento extremo, alegando que sus condiciones de confinamiento eran más severas que las impuestas a muchos otros reclusos, incluidas personas acusadas de terrorismo.
Rafael Caro Quintero 24/7 en una celda
De acuerdo con la carta enviada al juez, Caro Quintero pasaba la mayor parte del día en una celda sin ventanas, aislado 23 horas diarias de lunes a viernes, con excepción de los fines de semana cuando su confinamiento se extendía a las 24 horas.
Además, sus abogados aseguraron que no se le permitía realizar ejercicio y que las condiciones higiénicas y de confort eran mínimas.
“La luz permanece encendida todo el tiempo, y la temperatura del aire acondicionado es irregular. A menudo no tiene suficiente ropa para abrigarse”, afirmaban los defensores en el documento. En sus comentarios, describieron esta situación como una forma de “castigo preventivo” para alguien que aún no había sido condenado.
Juez pide mejorar condiciones de encierro de Caro Quintero
En respuesta a la acusación de abuso en las condiciones de su encarcelamiento, el juez Block ordenó al Departamento de Justicia de Estados Unidos que se manifestara oficialmente al respecto antes del 18 de agosto.
La solicitud del juez deja abierta la posibilidad de que se convoque a una audiencia especial, dependiendo de la respuesta de los fiscales, quienes deberán determinar si respaldan o no las condiciones actuales. La decisión de modificar el régimen carcelario de Caro Quintero podría depender de ese debate.
La crítica no solo se centró en las condiciones de la prisión, sino también en los efectos que este confinamiento extremo podría estar causando en la salud física y mental de Caro Quintero.
Los abogados alertaron que la falta de contacto con su familia y su equipo legal hacía casi imposible que se preparara una defensa adecuada en su caso.
Caro Quintero, a quien se le acusa de ser responsable del asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena, también enfrenta cargos por narcotráfico, pero hasta la fecha, los fiscales han descartado la pena de muerte en su caso.
Aunque el proceso judicial sigue abierto, los fiscales anunciaron que no buscarían la pena capital en su juicio, lo que se consideró un pequeño respiro para el capo. Sin embargo, su situación en la cárcel sigue siendo un tema de discusión, con la posibilidad de que se convoque a una nueva audiencia en septiembre para revisar el estado de su proceso.