Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario brasileño, Jair Bolsonaro, aseguró que los aranceles del 50 por ciento anunciados por Trump a Brasil podrían ser eliminados si se aprueba la amnistía para su padre.
“La pelota está en su cancha, Congreso. Simplemente, voten por la amnistía y serán los protagonistas de la eliminación del arancel del 50 por ciento anunciado por EE. UU.”, declaró Eduardo Bolsonaro, en una publicación en X.
“No busco ser presidente, quiero justicia”, afirmó el hijo del exmandatario.
Corte de Brasil ‘reta’ a Trump: Reafirma su postura en el caso Bolsonaro
La amenaza arancelaria de Donald Trump contra Brasil por la investigación judicial sobre su aliado, Jair Bolsonaro, tomó por sorpresa al Supremo Tribunal Federal en Brasilia.
El tribunal está en receso durante julio —ni siquiera todos los magistrados se encontraban en el país—, lo que dificultó una reacción formal. Pero en cuanto Trump amenazó con imponer aranceles del 50 por ciento, el 9 de julio, un grupo de jueces comenzó a debatir una respuesta centrada en afirmar la soberanía nacional.
Alexandre de Moraes, quien supervisó el caso Bolsonaro, propuso rechazar públicamente la idea de una “caza de brujas”, según dos personas con conocimiento directo.
El presidente del Tribunal Supremo, Luis Roberto Barroso, acordó con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva que la primera respuesta debía ser política, según otra fuente al tanto de las conversaciones.
Esa misma noche, Lula declaró que Brasil es “un país soberano con instituciones independientes”, en un mensaje calibrado para destacar la separación de poderes y rechazar la presión de EU para archivar el caso.
“Si había alguna expectativa de que las amenazas generaran cierto temor en el Supremo Tribunal brasileño, el efecto es el contrario”, dijo Thiago de Aragão, director de Arko International, consultora en Washington.
“Su voluntad de llegar hasta el final es mucho mayor, sobre todo porque quieren demostrar su soberanía e independencia”.
El enfrentamiento marca un nuevo pico de tensión entre la mayor economía de América Latina y un EU abiertamente mercantilista, liderado por un presidente sin restricciones legales. Desde entonces, Trump reiteró su amenaza arancelaria en una carta abierta, el tribunal ordenó a Bolsonaro usar un monitor electrónico y el Departamento de Estado revocó los visados de Moraes y otros jueces.
Desde principios de año, funcionarios de la embajada estadounidense en Brasil advirtieron al tribunal que la investigación sobre Bolsonaro podría afectar las relaciones comerciales, según una fuente.
La embajada confirmó el 18 de julio su “preocupación por la politización de las investigaciones”.
Al principio, los jueces brasileños calificaron de absurdas las advertencias, creyendo que EU no intervendría en un asunto judicial interno. Pero al parecer, Trump también calculó mal.
Para el tribunal, el caso Bolsonaro forma parte de una batalla más amplia para salvar la democracia, una postura opuesta a la que adoptó la Corte Suprema de EU al facilitar el regreso de Trump al poder, pese a las acusaciones en su contra.
Alexandre de Moraes, de 56 años, se ha convertido en el blanco del movimiento bolsonarista. Ha ordenado eliminar cuentas acusadas de difundir desinformación y mantuvo una disputa pública con Elon Musk, tras restringir el acceso a X.
Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente, lleva meses en EE.UU. presionando por sanciones contra el juez.
Para los 11 miembros del tribunal, los disturbios del 8 de enero de 2023 cimentaron su convicción de que enfrentar una amenaza existencial, comparable con el ataque al Capitolio del 6 de enero, en Washington. Pero la respuesta judicial fue radicalmente distinta: mientras la Corte estadounidense otorgó inmunidad parcial a Trump, Brasil actuó con celeridad para inhabilitar a Bolsonaro y avanzar en los procesos judiciales.
“Brasil tiene mecanismos más eficaces que EE.UU. para proteger su democracia”, afirmó Robert Dias, profesor de Derecho Constitucional. En 2023, Bolsonaro fue inhabilitado por ocho años y en julio de este año la Fiscalía General solicitó su condena por intento de golpe de Estado.
Durante el receso, Moraes siguió trabajando y el caso avanza. Se espera que se resuelva tras el regreso del tribunal en agosto.
Lo que sigue sin definirse es hasta dónde llegará Trump en apoyo a Bolsonaro. Eduardo Bolsonaro y Paulo Figueiredo, nieto del último dictador militar, han mantenido reuniones en Washington, incluida —según ellos— la Casa Blanca.
“La advertencia que escuchamos fue: ‘Si las cosas continúan así, Trump podría tomar medidas adicionales, incluso en el mercado financiero’”, dijo Figueiredo.
Trump, por su parte, no muestra señales de retroceder. “Espero sinceramente que el gobierno de Brasil cambie de rumbo”, escribió en su carta a Bolsonaro. “Estaré muy atento”.