Grupo Aserta conmemoró un acontecimiento histórico: cien años desde que su antecedente más antiguo obtuvo, en 1925, la autorización oficial para expedir fianzas a favor de la Hacienda Pública. Aquella resolución, publicada en el Diario Oficial de la Federación, marcó el nacimiento de uno de los pilares que dieron forma a la industria moderna de fianzas y seguros de caución en México. Durante la celebración asistieron invitados y personalidades distinguidas, entre ellos Enrique Murguía y Henry Davis, quienes participaron en el evento para conmemorar la gran historia de la organización y compartir momentos significativos entre compañeros y aliados.
La trayectoria iniciada por Don Cosme Hinojosa avanzó durante décadas bajo distintos nombres —Fianzas México, Fianzas México Bital y, posteriormente, HSBC Fianzas— sin perder su razón de ser: respaldar a quienes impulsan proyectos productivos y asumen riesgos que requieren certeza financiera. En paralelo, otras instituciones clave surgieron y terminaron por integrarse a la identidad que hoy sostiene al grupo, entre ellas Afianzadora Cossío (1944), Fianzas Modelo (1954), más tarde Fianzas Probursa, así como Afianzadora Insurgentes (1958). Cada una aportó prácticas, conocimiento y una cultura operativa que fortaleció la profesionalización del sector afianzador mexicano.
La convergencia de estas cuatro rutas empresariales derivó en el nacimiento formal del nombre Aserta en 2005. Desde entonces, la firma ha consolidado presencia en México, América Latina y Europa, ampliando su base de clientes, generando empleos e impulsando soluciones que contribuyen directamente al desarrollo económico. Este centenario, además, llega en un momento crucial para la industria, marcado por nuevas regulaciones, herramientas tecnológicas emergentes y la necesidad de ampliar el acceso a garantías que faciliten tanto la inversión pública como la privada.
En entrevista para El Financiero, Gerardo Lozano, director general de Aseguradora Aserta y Aseguradora Insurgentes, destaca que los cien años representan no solo un espacio para la reflexión, sino también la confirmación del liderazgo construido a lo largo del tiempo. Recuerda que el sector afianzador mexicano tiene más de 130 años y que, durante sus primeras décadas, la oferta de garantías era prácticamente inexistente: Por muchos años operó una sola afianzadora en el país y en 1925 arrancó la Compañía de Fianzas para Empleados de Correos y Telégrafos, siendo esta la primera raíz de la historia de Grupo Aserta.

“Aserta siempre ha sido una empresa de vanguardia”, afirma Lozano. Para él, la innovación constante ha sido clave para mantener vigencia en un entorno competitivo: desde la transición hacia el modelo de aseguradora de caución hasta la integración de procesos digitales y el diseño de productos orientados a nuevos segmentos.
El directivo subraya que la construcción del liderazgo del grupo se sostiene en dos valores fundamentales: la orientación a las personas y la confianza. “Garantizamos obligaciones entre partes que no se conocen; nuestra labor es brindar certeza”, explica. Por ello, el análisis financiero, técnico y moral de los fiados continúa siendo un pilar del sistema de garantías.
Respecto a los desafíos actuales, Lozano reconoce que la dependencia del gasto público ha marcado históricamente al sector; sin embargo, ve un potencial amplio en la diversificación hacia nuevas actividades económicas y en la inclusión financiera. Ejemplo de ello es Nowo, un Seguro de Caución que puede contratarse en cuestión de segundos y que refleja la capacidad de la tecnología para abrir mercados antes inaccesibles.
Otro logro relevante ha sido la internacionalización. En 2018, Aserta inició operaciones en España y, en solo tres años, se posicionó como líder del mercado de caución. “Demostramos que una empresa mexicana puede competir globalmente y hacerlo con éxito”, afirma.
De cara al futuro, el grupo apuesta por ampliar el acceso a garantías para pequeñas y medianas empresas, así como para personas físicas, convencido de que la confianza es un motor económico indispensable. “Una garantía abre puertas. Eso es lo que queremos seguir construyendo en los próximos cien años”, concluye Lozano.
Con una estrategia enfocada en innovación, solvencia y cercanía con sus clientes, Aserta reafirma su compromiso con un sector donde las garantías se han vuelto esenciales para impulsar proyectos públicos y privados, dentro y fuera del país.




