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Hace un mes o más llegó una prospectiva elaborada por el MIT sobre la prolongación inevitable de la pandemia en el mundo. Nadie le encuentra el modo a este virus que actúa como rémora, pero no hay tipificación y ni por dónde llegarle, nos tiene en ascuas. Hasta que el mundo científico encuentre una vacuna, esta perspectiva de largo plazo se va a mantener. Es una mala noticia; sin embargo, es bueno saberla desde que genera certeza para tomar acciones en lo personal y profesional, para la iniciativa privada y la administración pública.
Las noticias que parecen buenas en los informes diarios del Covid-19 parten de una curva aplanada; pero este lunes no le salió la estrategia al doctor López-Gatell, presenta un ejercicio de prospectiva utilizando la experiencia de la Ciudad de México para concluir que en Nuevo León hay pocos datos –hasta ahí es cierto–, pero que estamos a 14 semanas de salir; no se sabe si de la etapa de contagios, del encierro, de la apertura económica. Así, sin cortapisas, y como el lenguaje enuncia, anuncia y también denuncia, el centralismo de la estrategia y del interés nacional se destapó con ese análisis de caso epidemiológico, distante y ajeno para la raza regia.
Por supuesto hice mi tarea de investigación, y no encontré mucha información cierta. Hasta donde pude llegar, Monterrey y Guadalajara no tienen el grado de hacinamiento que tiene la Ciudad de México, la accesibilidad de las TIC en estas dos ciudades, tanto por la capacidad instalada como por la frecuencia de uso, le permitió a más gente trabajar desde casa desde hace siete semanas; además, la iniciativa privada es la fuerza económica en ambas ciudades, lo que multiplica todavía más el uso de las TIC. Estas ciudades pudieron mantener a buena parte de la población resguardada y la otra parte, la que salió, se encontró en espacios más despejados y con transporte público desahogado.
Las diferencias entre las tres ciudades son conocidas, ¿la estrategia tendría que ser distinta desde un principio? ¿Hubo desconocimiento o solo desinterés en el plan nacional para enfrentar la pandemia? Peor aún, ¿es posible hacer una proyección con los pocos casos que reportan Monterrey y Guadalajara?, ¿o fue la vena docente que le ganó al doctor López-Gatell?
Nadie sabe qué va a pasar, de manera oportuna lo asentó el MIT, lo que molesta es el centralismo que establece un periodo de resguardo que técnica y humanamente ya dio resultados, útiles para la Ciudad de México, pero inciertos para este resto de país. Si era necesario ese resguardo anticipado en otros lugares, no se consideró. En Monterrey no hay pico y no hay sobrecupo en hospitales, lo que a estas alturas tendría que ser bueno. Pero por bueno, ahora se suman 14 semanas a una población que enfrenta las consecuencias del encierro y a una economía que sobrevive al karma cíclico, de siete en siete.
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.