Monterrey

Pobreza y desperdicio de alimentos

Dónde se encuentra la solidaridad, la compasión de gobiernos y sociedad ante esta grave situación.

Tanto la Responsabilidad Social como la Sustentabilidad requieren de valores éticos para su plena aplicación, como son la solidaridad y la compasión, dicho esto sin propósitos políticos, ya que todo esto está ahora en boga.

Y un caso concreto de aplicación de esta responsabilidad, es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible; el cual concretamente señala el de terminar con la pobreza en el mundo; objetivo que de acuerdo a los Objetivos del Milenio hubo una mejora sustancial, pero todavía falta mucho por hacer.

En México y de acuerdo al Coneval, al 2016, 53.4 millones de personas, o sea 43.6 por ciento de la población total es calificada de pobre por dicha Institución; y 9.4 millones de personas o el 7.6 por ciento están en la llamada pobreza extrema.

Ante estos contundentes números, surge la pregunta de cómo es posible que casi la mitad de la población del país sea pobre; programas han ido y venido, van y vienen y persiste estos números en al menos en lo que va de este siglo.

Dónde se encuentra la solidaridad y la compasión de gobiernos y sociedad ante esta grave situación. Situación que sin duda aporta al nivel de violencia y delincuencia existente.

La situación de la pobreza se complica al contrastarla con otros indicadores. Concretamente y de acuerdo al Banco Mundial, es el desperdicio de comida en el país.

De acuerdo a dicha organización se desperdician o tiran a la basura alrededor de 552 mil toneladas de carne de res al año. A las que se suman 275 mil toneladas de carne de pollo también al año; y otros tantos como 2.8 millones de toneladas de tortilla (es decir, el 28.7 por ciento de la producción nacional); 4.5 millones de litros de leche (también representa el 43.1 por ciento de la producción total); y 1.3 millones de toneladas de huevo (el 37.98 por ciento de lo que se produce en el país); por decir solamente unos cuantos.

Como es evidente ante tales cifras, la primera pregunta que surge es de: ¿cómo es posible que existan 53.4 millones de pobres y se esté desperdiciando tanto alimento?. Ante esta pregunta hay diversas respuestas que van desde aspectos económicos y de infraestructura, los cuales son totalmente válidos.

Sin embargo, y la historia lo demuestra, que muchos problemas, aunque sean de tipo económico pueden solucionarse de diversa manera al tener en cuenta los valores o principios mencionados al principio: Responsabilidad Social, Compasión y Solidaridad.

Y la aplicación de estos valores no es cuestión económica como todo se quiere resolver, sino a través de actitudes que se aprenden inicialmente en casa y pueden ser aprendidas en la escuela.

En suma, el reto como sociedad es volverse más socialmente responsables, más solidarios y compasivos; estoy cierto que no es fácil, pero tampoco es imposible; algunos países pueden tomarse como ejemplo, y podemos empezar por uno mismo y en casa; y no dejárselo a los "demás".

Termino con una pregunta ya planteada: ¿cómo es posible que el 43.6 por ciento de la población total del país es calificada de pobre? Y que posiblemente ya lo veamos como algo normal.

Seguiremos platicando …

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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