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¿México necesita un tercer debate? No sé. Es bueno que se busque innovar en el formato para atraer más atención, pero este segundo debate creo que no aprovechó el tema tan importante que es la relación con el exterior y que tiene que ver claramente con nuestro futuro. Me pareció que se centró como un evento para buscar el voto de los migrantes.
El formato ayudó a que fuera más relajado, sin embargo no lo hizo más interesante para el público y de nuevo los memes fueron el interés y atención de la mayoría de los jóvenes a los cuales siguen sin conectar ¿Será que no es el formato lo que se tiene que cambiar sino la percepción de los ciudadanos ante los políticos?
Si nos observamos en auto-referencia, nos deja claro que nuestro inconsciente colectivo nos crea escenarios para enfrentarnos a lo que necesitamos aprender. De entrada veo de nuevo que los debates nos presentan algo muy claro, México no depende ni puede depender de una sola persona.
Es natural que los seres humanos tengamos la esperanza de que en medio de los problemas llegará un salvador. En México hay que sumarle que desde nuestro inconsciente nos polarizamos y por lo tanto nos desvalorizamos, reforzando aún más la ilusión de un perfil que nos ayude y nos traiga la solución.
Hoy tenemos la oportunidad de empezar a evolucionar hacia un México consciente. Eso significa que iniciemos el esfuerzo para crear escenarios desde cada uno, cada familia, cada región, cada empresa y desde cada espacio de interacción entre nosotros y los demás co-participantes que vivimos en este país.
Para ello si se requieren liderazgos que habiliten ese cambio de consciencia y que no solamente son políticos, sino también sociales, empresariales y uno nuevo que hay que incluir, el líder de calle. El reto es que la causa de cada uno de ellos sea colectiva y no personal.
Hoy no se perciben líderes que representen colectivamente los intereses de los mexicanos y que estén viendo más allá de sus intereses personales o grupales. Si hubiera uno, ya estaría liderando a millones de mexicanos y su posicionamiento ante este proceso electoral sería una voz que verdaderamente definiera un rumbo de unión y no de confrontación y división entre los mexicanos.
Es momento de que salgamos de este espacio de comodidad para entender que lo que creemos que es suficiente para cada uno, ya no funciona para lo que viene en el futuro. Hoy nos enfrentamos al paradigma de seguir creando una y otra vez más de lo mismo, aun sabiendo que no nos gusta el resultado.
Es momento de observarnos y saber que tenemos la posibilidad de salir de la rueda del ratón, para ahora sí, aprovechar nuestros potenciales. Es inminente que la apertura global y la tecnología nos traen la mayor oportunidad en la historia de la humanidad, invertir en nosotros mismos; y esto, solo se puede lograr haciéndonos conscientes de ello.
México tiene un reto de inestabilidad en el corto plazo y que se derivará de cualquiera que sea el resultado de las elecciones. Será necesario empezar a descubrir y construir esos líderes de calle que somos todos; dónde nuestro rol es el de unir y motivar cada quién desde su espacio de interacción, para que pase lo que pase, iniciemos con un nuevo México creado desde los potenciales de todos los mexicanos, y que al hacernos conscientes de ello construyamos una sociedad funcional lejos del miedo y el enojo.
El debate no es para que lo ganen los candidatos, sino para que lo ganemos los mexicanos; si eso sucediera, entonces si vale la pena un tercer debate que nos abra la puerta al camino del México consciente. La pregunta es ¿estamos listos para creer en nosotros o seguiremos con más de lo mismo?…
EL autor es colaborador especial del Despacho Elizondo Cantú.
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