Este mes de mayo que está por concluir, entró en funciones la nueva Comisión Nacional de Energía (CNE), que será un ente regulador que contará con un Comité Técnico para su toma de decisiones.
Así, la CNE tendrá a su cargo el otorgamiento de permisos, la supervisión y regulación de la producción, y la verificación y sanción de irregularidades del sector, el cálculo de tarifas y contraprestaciones, entre otras funciones.
El nuevo organismo será dirigido y administrado por una Dirección General a cargo de Juan Carlos Solís Ávila, quien cuenta con más de dos décadas de experiencia en el desarrollo de proyectos y políticas públicas en materia de energías limpias y convencionales, eficiencia energética, movilidad sustentable, ecotecnologías y cambio climático.
Desde ahora surgen las siguientes preguntas: ¿Qué podemos esperar de este nuevo regulador? ¿Facilitará el otorgamiento de permisos? ¿Bajo qué reglas operará? ¿Qué papel jugará en la realidad,estando bajo las órdenes de la Secretaría de Energía?
Para intentar responder esto, recordemos que hay muchos permisos todavía detenidos sin que se sepa, en muchos de los casos, las razones por las que no se expiden estas nuevas licencias.
Otro asunto alarmante es la escasez de electricidad en Nuevo León, en donde es urgente elevar la capacidad de generación, transmisión y distribución para toda la Entidad, que ya registra saturación y pone en riesgo la operación de industrias, pero sobre todo porque puede espantar la llegada de nuevas inversiones por el nearshoring.
Y estos dos asuntos inquietantes que aquí les menciono nos llevan a la siguiente reflexión:
Para alojar a las nuevas empresas que lleguen a Nuevo León en un parque industrial, como consecuencia de la relocalización de manufactura China, se requiere de una energía eléctrica de unos 115 kilovoltios, pero esa disponibilidad hoy francamente… está en chino encontrarla.
El autor es presidente del Clúster Energético de Nuevo León.