Monterrey

Nadia Rivera: La necesaria pausa para pensar: “Slack Time”

En lugar de llenarlo con tareas triviales, deberíamos protegerlo como un recurso estratégico esencial.

¿Alguna vez has tenido tiempo muerto que consideres útil? ¿Te sientes poco productivo en una mañana sin reuniones?

En liderazgo y desarrollo, el concepto de “slack time” o “tiempo muerto” ha sido frecuentemente mal interpretado, pues cualquier periodo de inactividad visible es fácilmente juzgado como improductivo y una amenaza al rendimiento, lo que nos puede llevar a creer que se tiene necesidad de mayor supervisión, más tareas, un modelo de gestión más robusto, o falta de atención al trabajo.

Esta perspectiva puede resultar incorrecta y peligrosa.

El “slack time” no es tiempo perdido; todo lo contrario, es un tiempo crucial para la reflexión, la creatividad y la revisión de estrategias.

También nos permite analizar nuestras acciones, su enfoque y razón de hacerlas. En lugar de llenarlo con tareas triviales, deberíamos protegerlo como un recurso estratégico esencial.

Poco a poco en algunas organizaciones se ha ido evolucionando el concepto de “pausa para pensar”, lo que ha fomentado el desarrollo de un pensamiento crítico en los colaboradores y ha generado múltiples beneficios en el mediano plazo.

Si en tu organización se han dado la oportunidad de tener este espacio, ¡muchas felicidades!, En caso de que aún no lo hayas hecho de manera proactiva, aquí tienes dos razones por las que una estrategia intencional de “tiempo libre” en tu agenda puede ser un parte-aguas en tu desempeño:

1) Los estudios en psicología organizacional y neurociencia muestran que el cerebro necesita pausas para consolidar el aprendizaje, conectar ideas y generar soluciones.

2) Los momentos de “no hacer nada” a menudo son incubadoras de ideas que no surgen bajo la presión constante. En este contexto, el “slack time” no es ocio, es terreno fértil para el pensamiento profundo.

Un problema importante de las “pausas para pensar” es la falta de estructura para aprovecharlas de manera intencional. Quienes lo entienden no esperan que la reflexión ocurra por accidente: la diseñan.

Se bloquean espacios sin reuniones, promueven “días para pensar”; hay empresas que tienen políticas de desconexión e incluso incentivan micro-pausas a lo largo del día laboral.

Forzar ese tiempo implica disciplina. Es ir contra la corriente de la hiperconectividad que nos tiene presos. Requiere valentía para decir: pensar también es trabajar.

En Desarrollo de Talento, estas pautas son una palanca invaluable para formar líderes que valoren el pensamiento estratégico, y equipos que aprendan más rápido, con un impacto directo en su bienestar y compromiso.

Por eso, desmitificar el “slack time” es una tarea urgente para nosotros como responsables de Capital Humano. No es una anomalía que debamos eliminar, sino una condición que debemos fomentar, sobre todo en culturas donde queremos que nuestros colaboradores se hagan cargo de su desarrollo. Proveer el ecosistema para que así sea, es empezar con estas pequeñas pausas.

Dejemos de celebrar al “eternamente ocupado” y empecemos a reconocer las pausas productivas.

Porque en el ruido del día a día, pensar se ha vuelto oro puro.

The time Management mastery - Gartner

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