Monterrey

Marco Pérez: ¿Pueden los bancos bajar la tasa de interés?

Hace unos días, la encargada de la Presidencia declaró que le había solicitado al Secretario de Hacienda, que se reuniera con los banqueros, tanto de la Banca Privada como de la Banca de Desarrollo, para pedirles que redujeran las tasas de interés que cobran por sus créditos, ya que a pesar de que el Banco de México había rebajado su tasa de referencia, el acceso para las empresas seguía siendo complejo, y a la letra, declaró:

“O sea, con todo y que el Banco de México bajó la tasa, de todas maneras el acceso a un crédito para una pequeña, una mediana empresa, sigue siendo muy complejo”.

De salida, el argumento esgrimido nada tiene que ver con el costo del dinero, ya que alude a la “complejidad” para acceder al crédito, más NO a su costo, es decir, aún y cuando el costo del dinero pudiera reducirse, esto en nada mejoraría la complejidad para acceder al crédito.

Como los Bancos Privados prestan dinero ajeno, que NO es de ellos, y por el cual pagan a los ahorradores una tasa pasiva de interés, (No así los Bancos de Desarrollo del Gobierno) se entiende que deban poner especial atención a la solvencia de quienes les solicitan créditos, ya que del total de dinero que manejan, solo pueden respaldar un 12% o 14%, que representa el capital propio invertido, es decir, solo pueden soportar una cartera vencida de hasta el mismo porcentaje de capital sobre activos en riesgo.

Es por eso que sin garantías, nadie puede acceder a un crédito bancario, por más rentable que sea el negocio a financiar, de aquí que mucha gente opina que los Bancos Privados son para los que tienen activos o patrimonio con el cual garantizar el crédito, no para quienes solo tiene proyectos rentables a financiar.

De hecho, cuando los Bancos Privados llegan a prestar sin garantías específicas, como es el caso de las tarjetas de crédito, que se otorgan sin pedir garantía específica alguna, el costo o la tasa de interés es sumamente elevado, y hay algunas cuyo Costo Anual Total (CAT) supera el 100%, cuando los créditos con garantía hipotecaria rondan el 10% anual, y los de auto 14%.

En el caso de los créditos de avío y refaccionarios a las empresas, las tasas activas que cobran los Bancos Privados se mueven dentro de un amplio rango, generalmente asociado al costo del dinero (TIIE) más una sobretasa que va a depender de la calidad crediticia del solicitante y de diversos factores más.

De tal suerte, la reducción que el Banco de México haga de su tasa de referencia, se verá reflejada en una menor TIIE, y por ende, el beneficio se pasa en automático a los usuarios del crédito.

Sin embargo, muchos microempresarios, principalmente dedicados al comercio y a los servicios, realmente obtienen tasas de rendimiento que les permite pagar tasa de interés incluso de usura, veamos.

Si revisamos, por ejemplo, la rentabilidad de las personas físicas que venden fruta cortada en las calles, con unos $500 pesos de dinero, tienen para comprar en el mercado las frutas que van a pelar, partir y envasar para venderla al público, como en $20 o $30 pesos el vaso, lo que les permite juntar como mil pesos de ventas al día, con menos de 50 vasos vendidos.

Es decir, la utilidad bruta que obtiene este micro empresario que opera por cuenta propia, es de $500 pesos, o de CIEN PORCIENTO, pero DIARIOS!!!! y si vende todos los días, invirtiendo solo $500 pesos de capital inicial, ganará $500 pesos diarios, que multiplicados por 30, son $15,000 pesos MENSUALES, que equivalen a una rentabilidad de TRES MIL PORCIENTO al MES. (Treinta veces 100%).

Si contrata a alguien que le venda la fruta, y le paga $200 diarios de salario, la utilidad de operación sería de $300 pesos diarios, (60% al mes) o de $9,000 al mes, (1,800% al mes).

¿De verdad creen Ustedes que el costo del dinero es una variable que le preocupe a este microempresario?

La magia, aquí, la da la rotación. Otro ejemplo es el de la tienda de conveniencia que compra un litro de leche en $30 pesos y lo vende en $36, ganándose un 20% pero DIARIO, o 600% mensual.

En cuanto a si los banqueros privados pueden o no reducir sus tasas activas de interés, el asunto aquí tiene que ver con la rentabilidad de los Bancos, ya que la principal fuente de sus ingresos es el cobro de intereses, que representa el “precio” del dinero.

De tal suerte, lo que la encargada de la Presidencia les solicita a los Bancos Privados, es que “ganen menos” como si se estuviera en un mercado de precios controlados.

Bueno, pues algo parecido ya hicieron con el precio de la gasolina magna, donde fijaron un precio máximo de venta de $24 pesos por litro, sin embargo, este acuerdo se logró gracias al compromiso que asumió Pemex de vender la gasolina a sus distribuidores, a un precio tal que les permita cubrir costos y generar algo de utilidad vendiéndola a ese precio, que no es otra cosa más que un control oficial de precios.

Lo preocupante, entonces, es que el Gobierno Federal asuma este tipo de actitudes, que van contra el libre mercado y la determinación de precios por la oferta y la demanda, y pretenda presionar a los empresarios para que reduzcan precios y sacrifiquen utilidades.

En cuanto a los Bancos de Desarrollo, ahí el dinero que prestan no es de los particulares, sino dinero que proviene de deuda pública, y como la deuda no se paga, solo se sirve, tienen toda la libertad incluso para regalarlo, y claro que lo pueden hacer.

Ejemplos tenemos muchos, como el Banrural, que terminó quebrando por créditos incobrables, para luego dar paso a la Financiera Rural que también quebró y se extinguió, por lo que si el gobierno quiere prestar barato y sin garantías, experiencia hay mucha.

Marco Pérez

Marco Pérez

Economista especialista en finanzas públicas, Socio Director de Econometría Aplicada SC, Conferencista y Catedrático a nivel doctorado.

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