¿Cómo se siente hacerte cargo de tu vida? Hay quienes se rehúsan a asumir esas responsabilidades. Los que lo hacen, los primeros años en que viven solos y deben valerse por sí mismos, muchas veces las obligaciones los abruman al punto de querer volver a casa de sus padres.
Sin embargo, con algo de organización financiera y mejores prácticas, podrás "hackear" el reto del 'adulting', un término que marca una tendencia que se ha hecho cada vez mayor entre los jóvenes de 20 a 30 años.
"Aunque las obligaciones de la vida independiente podrían ser intimidantes, la mejor forma de cumplir con todo sin morir en el intento es crear mejores hábitos de organización financiera", dijo Sebastián Mejía, cofundador de Rappi y especialista en administración de empresas.
Para guiarte, el emprendedor compartió cuatro reglas de oro que cualquier veinteañero puede aplicar y que harán menos traumática la vida de adulto.
1. Planea tus finanzas
La clásica recomendación de hacer un presupuesto, más que ser un cliché, es el mandamiento principal para todo adulto joven. Además de la fórmula "ingresos menos gastos fijos", identifica cómo economizar alrededor de cada uno.
Por ejemplo, hacer el súper de manera física implica invertir tiempo y dinero, no sólo por lo que compras, sino por costos adicionales de estacionamiento, microbuses o taxi de regreso a casa (además de esos gastos hormiga no contemplados). Actualmente la tecnología nos ha acercado a los servicios facilitándonos la experiencia de compra sin salir de nuestro hogar.
Por otro lado, aprovecha que gran parte de los servicios (como luz, agua, gas, etcétera) se pagan en línea. Busca aplicaciones móviles que te dejen programar los pagos o enviarte recordatorios unos días antes.
2. Controla el Fear of missing out
Por un mezcla de 'presión social' y querer desestresarte el fin de semana, sientes la necesidad de no perderte ninguna reunión, festival de música o salida a un bar. Pero, el costo de tu 'Fomo' (Fear of missing out o miedo a perderte de algo) puede ser demasiado elevado y poner a sudar a tu cuenta bancaria. Planea tus salidas de acuerdo a tus posibilidades económicas y al ingreso que percibes mensualmente (a veces tendrás que quedarte en casa). Mejor ahorra con tiempo para esos shows, conciertos o eventos imperdibles.
3. Limita los caprichos
Si más de una vez al mes, después de un día muy pesado en la oficina o en la escuela, terminas yendo de shopping como 'terapia', las compras por impulso terminarán por causarte un problema financiero aún más grande y, para el final de la quincena estarás arrepintiéndote de tus malas decisiones. Es verdad que por tu esfuerzo debes consentirte de vez en cuando, pero redúcelo a algo ocasional.
4. Piensa en tu bienestar
Cuando el trabajo absorbe todo tu día, es común que dejes de lado tus horas de comida. Consecuencia: acabas comiendo donde sea y te vas por el platillo más grande que puedas encontrar. Esto no sólo es una sentencia para tu salud (porque alimentarte mal te lleva a un círculo vicioso de descontrol alimenticio), sino que termina por afectar a tu cartera porque gastas más de lo que deberías destinar diariamente a tus comidas. Lo ideal es, ya sea que decidas cocinar tú, comer fuera o pedir de un restaurante, es dedicar el tiempo adecuado a cada comida para que el hambre no se traduzca en malos hábitos de alimentación.
"En este esfuerzo por tener mejores prácticas para enfrentar la vida de adulto, puedes recurrir a herramientas digitales que te permitan resolver con un tap (dispositivo de red) tus necesidades diarias, al tiempo que te ayudan a administrar mejor tus gastos" , concluyó Sebastián Mejía.