Imagina renunciar a tu trabajo, ir a un restaurante por una cerveza fría para despejar tu cabeza y que ahí mismo te ofrezcan un gran negocio. Aunque suena como una historia de película, esto le sucedió a José Antonio González, dueño de El Mesón de Chucho el Roto.
Un restaurantero con una historia insólita: cada vez que se cerraba una puerta en su vida, se abría otra llena de grandes oportunidades que lo llevaron a tener cuatro restaurantes en Querétaro.
Pues aunque El Mesón de Chucho el Roto, saltó a la fama luego de que los comensales abuchearon a Gerardo Fernández Noroña, este solo es uno de los negocios con los que cuenta ‘Josecho’, como le apodan al restaurantero y chef que ha atendido a presidentes de México.
¿Cómo comenzó José Antonio González en la cocina?
La historia de José Antonio González en la gastronomía comenzó desde pequeño, cuando él le ayudaba a su mamá a hacer paellas y postres, los cuales salían a vender a las calles los fines de semana, incluso si no les habían hecho pedidos.
“Si se vendían a todo dar, si no a comer paella toda la semana”, comentó en entrevista con Al Play Mx y aunque desde ese momento la cocina le empezó a llamar la atención, se dio cuenta de su vocación con su primer trabajo.
Cuando ‘Josecho’, como le apodan al restaurantero, tenía 16 años lo enviaron al norte del país a atender una cafetería llamada La Parroquia, en donde se convirtió en el encargado del negocio.
“Era un paquete muy grande, me puse muy nervioso cuando me dijeron que iba a ser encargado”, agregó en una conversación con Alejandra González Tostado. A pesar de todo, él se dio cuenta de que podía realizar las actividades sin complicaciones.

Al volver a Querétaro comenzó a trabajar en el Hotel del Márquez y posteriormente continúo su carrera en el Hotel Impala, en donde solicitó trabajo en la cocina, pero no se lo dieron debido a que él no sabía inglés.
‘Josecho’ inició en una farmacia que era parte del hotel; sin embargo, poco después el dueño lo buscó para trabajar en el comedor, sin embargo, sus ganas de aprender inglés continuaron vigentes.
Fue así que su mamá encontró un intercambio para él en Holiday Inn en Estados Unidos, en donde se dedicaba a la recepción de verduras, una tarea que realizó por un periodo corto.
“Estuve una temporada y luego me dijo Mr. Joe: ‘tengo un restaurante que te puede dar más centavitos’”, recordó. Él aceptó y se fue al negocio como hostess, pero decidió volver a Querétaro.
Al volver consiguió un puesto como capitán de meseros en un restaurante llamado Koala y como arte del destino, en una ocasión él acudió a tomar un café a un establecimiento en donde se encontró a su antiguo jefe, el dueño del Hotel Impala, quien le dio empleo.
¿Cómo ‘Josecho’ logró abrir su primer restaurante?
Bien dice el refrán que “el que nace para tamal, del cielo le caen las hojas”, ya que ‘Josecho’ terminó asumiendo el puesto de gerente de alimentos y bebidas. Cuando su trabajo en el hotel acabó, se le presentó la oportunidad de un negocio.
No obstante, su relación no era buena con uno de los socios, por lo cual, finalmente abandonó el emprendimiento y dado que se sentía frustrado, acudió a un restaurante llamado ‘El Dorado’ a tomar una cerveza.
Al verlo, le ofrecieron rentar el negocio: “Anímese, le doy la oportunidad deme 750 pesos de renta, 10 mil pesos por los muebles, con que me dé 5 mil”, recuerda José Antonio que le dijo el dueño, sin embargo, él no tenía dinero en ese momento.
Dado que el trato le pareció tentador, pidió dinero prestado y comenzó en su primer negocio con solo 5 mil pesos y con un menú especial para los clientes que viajan por la carretera.
“Ya estaba jalando muy bien, ahí llamó la atención”, recordó ‘Josecho’, quien afirma que al ver el éxito le pidieron de regreso el local y no le quedó otra opción que despedirse de las personas con las cuales trabajaba.
En el camino de regreso, tras decirle adiós a El Dorado, se encontró a una persona llamada Agustín Álvarez, quien le ofreció un nuevo negocio: “Ahí monté Pepe’s, con mi cocina”, recordó.
Tras esta experiencia, el chef decidió abrir un negocio 100 por ciento propio, el cual llamó Josecho y abrió el 16 de Julio de 1981. La encargada de cortar el listón fue María del Carmen Piñuela de León, su mamá.
De María Félix a presidentes: ¿A quiénes atendió ‘Josecho’?
Tras Josecho sucedió la inauguración de El Mesón de Chucho el Roto en 1995 y tras él llegaron dos restaurantes más: La Hoja Café y Casa Verde. “De ahí se derivan los demás restaurantes, pero Josecho es el papá de los pollitos”, afirma el chef.
Al lo largo de su trayectoria, José Antonio se ha encargado de atender a todo tipo de clientes: “He tenido oportunidad de tener presidentes, artistas, a la doña María Félix, he tenido a gente muy importante. Pues continuamente tengo la suerte de que los pueda atender”, dijo en entrevista con Roy Padilla, de MasterChef.
Aunque indicó que los políticos en extrañas ocasiones lo reconocen por su trabajo, para él lo relevante es que regresen: “Los presidentes, normalmente no felicitan, con el hecho de que regresen, para mí es como si me felicitaran”, afirma.

Además de su experiencia con presidentes, el restaurantero recuerda muy bien las visitas que solía hacer la actriz María Félix a Josecho, ya que en ocasiones le pedía estar en un espacio privado.
“Yo tuve oportunidad de atenderla, había momentos en los que venía en fachas, pero me decía: ‘¿sabes qué Josecho? Quiero estar a gusto donde nadie me vea’. La ponía yo en un lugar donde estaba a gusto y no tenía contacto con nadie”, comentó el restaurantero.
Aunque no siempre era así: “A veces venía y me decía: ‘ponme la mejor mesa porque quiero que la gente me vea, Josecho’”, afirmó. Además de ella, llegó a visitar sus restaurantes Jacobo Zabludovsky.