Es una realidad que frente al nuevo ciclo de transformación del mercado de oficinas en la Ciudad de México (CDMX), que hasta finales de 2024 alcanzó una tasa de disponibilidad del 18.6 por ciento en espacios clase A, inversionistas y desarrolladores han buscado insertarse en los nuevos hábitos de las empresas.
Esta tendencia no sólo se explica por los menores niveles de absorción en espacios de oficinas durante los últimos trimestres, sino por el peso que ha tenido que 64 por ciento de la fuerza productiva está alineada a esquemas flexibles de colaboración, de acuerdo con un estudio desarrollado por Page Resourcing.
Esto incide además en que 66 por ciento de las empresas prevé que sus empleados trabajen al menos tres días a la semana desde la oficina, según una encuesta realizada por CBRE y CoreNet.
Es un efecto que ha incidido en que la adecuación de espacios sea un reto, ya que el 72 por ciento de las compañías señala que las restricciones presupuestarias limitan su capacidad de renovación.
Ante este entorno, no sólo se diagnostica que las cadenas de espacios colaborativos (coworking), retomen este año su ritmo de expansión en un promedio 8 por ciento, sino que avance la adecuación de espacios flexibles en edificios de oficinas.
Hasta el segundo trimestre de 2020, sólo el inventario de coworking en CDMX, Guadalajara y Monterrey ascendía a 494 mil m2, área 8 por ciento menos que un año previo, dado que el número de ubicaciones apenas creció 6 por ciento, de acuerdo con el reporte Coworking México de CBRE.
En este sentido, distintos desarrolladores comenzaron desde la época post pandemia a adecuar contratos y espacios para responder la demanda de formatos más versátiles y funcionales.
Un proyecto orientado a esta nueva demanda es Workrooms, un modelo creado por Promociones del Parque, que fragmenta espacios corporativos para empresas de 10 a 30 colaboradores, completamente amuebladas, en zonas clave como Polanco, Insurgentes y Mixcoac.
A diferencia del coworking tradicional, donde las dinámicas abiertas pueden resultar incompatibles con ciertos niveles de privacidad o concentración, estos espacios ofrecen oficinas privadas con luz natural, listas para operar desde el día uno y con todos los servicios incluidos en una sola factura y áreas comunes compartidas sólo con 6 a 10 vecinos corporativos
Desde la perspectiva de analistas, ante la inestabilidad y variables que imperan entre los distintos inquilinos, se ha vuelto fundamental acotar a lapsos más cortos los contratos.
En consecuencia, distintos corredores en CDMX registraban hace 2 años un nivel de entre 4 y 5 por ciento de espacios acondicionados o en obra blanca.
Ante estas condiciones presentes en el mercado, el modelo de Workrooms integró contratos desde un año en edificios que gozan de ubicaciones distribuidas en corredores demandados en CDMX y con infraestructura operativa para empresas clase A.
Al igual que otros modelos existentes en el mercado, como el residencial con proyectos multifamily, tener un propietario y operador facilita el control directo sobre mantenimiento, servicios y el entorno.
Otras estadísticas establecen que los espacios de coworking representaban entre 5 y 7 por ciento del inventario total de oficinas, con niveles de ocupación de hasta 90 por ciento en los centros de negocios de las principales ciudades del país.
