En abril, la confianza del consumidor en México hiló seis meses consecutivos de caídas, afectada por la inflación, el desempleo, la inseguridad y la guerra arancelaria de Estados Unidos. Esta incertidumbre desaceleró el consumo provocando bajos desempeños en ventas en las cadenas comerciales.
Janneth Quiroz, directora de análisis de Monex, dijo que la confianza del consumidor lleva un semestre con caídas y, en abril, todos los componentes e indicadores complementarios que lo conforman registraron una baja superior a un punto.
“Cuando normalmente hay temor sobre el futuro de la economía (...) los consumidores normalmente tienden a tornarse más cautelosos. En el caso de las familias, normalmente vemos que en periodos de incertidumbre se tornan más cautelosas y posiblemente más temerosas sobre su futuro económico, sobre si van a seguir teniendo un empleo o no, o si habrá algún tipo de incremento salarial o no. Ante ello, normalmente vemos que tienen un consumo más limitado”, afirmó Quiroz.

Verónica Zepeda, maestra en Ingeniería Económica y Financiera de la Escuela Bancaria y Comercial, señaló que, además de la incertidumbre económica provocada por los aranceles estadounidenses y la inflación, también está el tema de la inseguridad que golpea a varias zonas del país provocando que se encarezcan los productos.
“Creo que las empresas han visto poca certidumbre sobre los desafíos que van a empezar a enfrentar ante esta nueva política comercial que tiene EU y creo que se relaciona esto de los aranceles con el tema un poco de la inseguridad, sobre todo en la zona noroeste y la zona centro del país. En este sentido, la inseguridad se convirtió en uno de los factores más importantes para que se encarecieran algunos productos”, comentó Zepeda.
Beneficiarios del Bienestar ‘ayudan’ a supermercados
En medio de la incertidumbre actual, los apoyos económicos del ‘Bienestar’ del gobierno federal, se han convertido en una herramienta para impulsar el consumo.
De acuerdo con Fernando Girón, director de Advanced Analytics de la división Worldpanel de Kantar México, 41.2 por ciento de los hogares con poblaciones arriba de los 20 mil habitantes reciben un programa social, y al menos el 34 por ciento reciben dos o más apoyos.
En promedio, un hogar recibe 1.3 programas sociales donde destaca que 54 por ciento recibe la Pensión para el Bienestar; el 44 por ciento cobra la Beca para el Bienestar Benito Juárez, mientras 9.5 por ciento obtienen la Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad.
Además, 6.4 por ciento de la población recibe dinero del programa para el bienestar de niños, hijos de madres/padres trabajadores; el 2.2 por ciento obtiene el apoyo de Jóvenes Construyendo el Futuro y 2.1 por ciento está el Programa para Una Mejor Vivienda.
“De un año a otro destaca que los hogares con niveles socioeconómicos más bajos y que reciben al menos un programa social están ganando 4.8 puntos porcentuales de importancia en este canal de autoservicios, pasando de 24.3 a 29.1 por ciento del total del gasto de estos hogares”, refirió Girón.
En tanto, en hogares con un ama de casa mayor a 50 años y que reciben al menos un programa social, consideran al autoservicio como el canal más importante, al pasar de 35.3 por ciento de gasto de estos hogares a 37 por ciento, entre un año y otro.
En cuanto al uso de las tarjetas del Bienestar en supermercados, el especialista destacó que Walmart concentra 48.6 por ciento del gasto de los hogares que reciben al menos un programa social, seguido de Chedraui 11.8 por ciento y Soriana con el 7.2 por ciento.
Sofía Ramírez, directora general de México Cómo Vamos, opinó que uno de los factores que provocaron estancamiento en el consumo es el desempleo y el aumento en el trabajo informal, reduciendo la demanda de bienes y servicios, llevando a las empresas a disminuir su producción y las contrataciones.
“Lo que vemos es un consumo estancado, prácticamente desde el verano pasado y esto se debe a que en México el consumo no está sustentado en los programas sociales, está sustentado en el empleo, siete de cada 10 pesos de las familias en promedio nacional viene del trabajo, entonces, si no hay trabajo o el trabajo que hay es informal o cada vez es más difícil conseguir un trabajo formal, obviamente lo que se afecta es el bolsillo de las familias y su capacidad de consumo”, indicó Ramírez.