Mario Ariel Juárez Rodríguez, director de la Junta de Caminos del Estado de México (JCEM), enfrenta una serie de acusaciones graves por presunto nepotismo, corrupción y enriquecimiento ilícito, además de haber generado tensiones con periodistas que han documentado su estilo de vida.
Según una investigación del Órgano Interno de Control, hasta 1,000 millones de pesos del presupuesto asignado a bacheo y mantenimiento habrían sido adjudicados a empresas sin infraestructura visible, bajo esquemas de adjudicación directa o licitaciones restringidas.
Los contratos fueron firmados con empresas que comparten representantes legales o domicilios fiscales, una señal de posible simulación.
“Nos pedían un porcentaje para liberar el pago, aunque no hubiera supervisión de obra”, confesó un contratista que pidió el anonimato por temor a represalias.
Pero las irregularidades van más allá. El director ha sido señalado por nombrar en cargos clave a personas de su círculo íntimo. Entre ellas, María Teresa Ruiz Pérez, su pareja, como Subdirectora de Administración, y su cuñado, Walter Ruiz Pérez, como responsable jurídico. Ambos tendrían control de las áreas clave para autorizar pagos, contratos y recursos humanos.
Mientras tanto, Mario Ariel Juárez ha sido visto circulando en camionetas GMC y Ford Lobo Raptor, valuadas en más de 2 millones de pesos cada una. También ha sido vinculado a la compra reciente de un Porsche. Ninguno de estos vehículos figura en su declaración patrimonial, cuyo acceso ha sido restringido por la Plataforma Nacional de Transparencia.
La presión aumentó cuando el periodista Ignacio Villaseñor difundió estos datos y fue blanco de amenazas legales y campañas de desprestigio en redes sociales. “No me van a callar, los bots no tapan los baches”, escribió el comunicador en sus redes.
La propia Claudia Sheinbaum, presidenta de México, pidió que se investigue a fondo. “No vamos a permitir actos de corrupción, vengan de donde vengan”, afirmó.
En tanto, desde las oficinas de JCEM no ha habido respuestas claras. Un vocero del organismo limitó sus declaraciones a decir que “todo se encuentra en orden administrativo y legal”.
Sin embargo, la evidencia indica observable en los caminos del Estado de México es clara: siguen en muy malas condiciones en casi toda la entidad.