El Departamento de Comercio dijo el miércoles que las ventas de casas subieron un 2 por ciento, a una tasa anual desestacionalizada de 512 mil unidades. El ritmo de ventas de enero fue revisado a 502 mil unidades desde las 494 mil reportadas previamente.
Las ventas de viviendas unifamiliares aumentaron un 38.5 por ciento en el oeste del país el mes pasado, pero cayeron un 24.2 por ciento en el noreste y se desplomaron un 17.9 por ciento en la región central. En tanto, las ventas cayeron un 4.1 por ciento en el populoso sur.
El informe se conoce tras datos que mostraron este lunes una caída de 7.1 por ciento en las ventas de casas usadas en febrero.
Economistas consultados en un sondeo de Reuters proyectaban que las ventas de casas nuevas, que responden por un 9.2 del mercado inmobiliario, se elevaran a una tasa de 510 mil unidades el mes pasado.
Un informe separado de la Asociación de Banqueros Hipotecarios (MBA, por su sigla en inglés) también mostró cierta debilidad en la actividad inmobiliaria, ya que su índice de compras desestacionalizado disminuyó 1 por ciento la semana pasada desde la semana anterior. El índice, sin embargo, aumentó 25 por ciento con respecto a hace un año.
Con el fortalecimiento del mercado laboral impulsando la formación de hogares y unas tasas hipotecarias aún bajas en términos históricos, los fundamentos del mercado inmobiliario siguen siendo sólidos. El sector debería continuar contribuyendo al crecimiento económico de este año.
No obstante, la escasez de viviendas a la venta, lo que limita las opciones para los compradores y hace subir los precios, es un gran desafío para el sector. Si bien los inventarios de casas nuevas en el mercado aumentó un 1,7 por ciento en febrero al nivel más alto desde octubre de 2009, sigue en menos de la mitad de lo que estaba en la cúspide de la burbuja inmobiliaria.
