El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llega a su primer discurso ante el legislativo de su país con una imagen negativa entre la mayoría de sus ciudadanos y con un país polarizado, de acuerdo con una encuesta del Pew Research Center.
El magnate inmobiliario cuenta con 39 por ciento de aprobación, la más baja las últimas décadas para un presidente justo antes de dirigirse por primera vez a su Congreso en lo que se conoce como "Joint Session".
"El nivel de fuerte desaprobación ya sobrepasa la desaprobación registrada por Barack Obama en cualquier punto de su presidencia de ocho años. La única ocasión en la que la fuerte desaprobación hacia George W. Bush fue más alta que la actual registrada por Trump fue en diciembre del 2008, cerca del fin de su mandato", señala la encuesta.
Sus cinco predecesores registraron aprobación de entre 53 y 64 por ciento, siendo el expresidente Obama el que tuvo mayor respaldo en este tiempo y W. Bush el menos popular, hasta ahora.
Sin embargo, al separar a los encuestados según su filiación política, la polarización se hace evidente pues entre los que tienen inclinación demócrata, la aprobación cae hasta 8 por ciento, mientras que entre los republicanos sube a 84 por ciento, una diferencia de 76 puntos, según el mismo estudio.
Con los cinco presidentes anteriores, esta brecha fue de entre 39 puntos para Ronald Reagan y 52 puntos para George W. Bush.
Este discurso puede ser tomado como el llamado Estado de la Unión, pero como se realiza cerca de una mes después de asumir el cargo, esta primera "audiencia" con el legislativo se toma como la oportunidad que tiene el primer mandatario de develar, de forma más concreta, el rumbo que tomará su administración.
Según la prensa estadounidense, se espera que Trump dé más detalles sobre su política de seguridad nacional, sus ideas para reformar el sistema de salud y seguridad social, el incremento al gasto militar y la seguridad fronteriza; sin embargo, nada concreto se ha filtrado.
Incluso, el mandatario pidió a sus seguidores que le hicieran llegar sus preocupaciones y los temas que consideran que debería tocar en su discurso por correo electrónico.
Todos éstos, que han marcado sus 40 días al frente de la Casa Blanca, serán vertidos ante un Congreso lleno de simbolismos y mensajes, por parte tanto de su equipo como de la oposición, que eligió a una dreamer nacida en México para dar la tradicional respuesta del partido opositor al discurso del presidente. Esta respuesta será en español.
La primera dama, Melania Trump, se sentará junto con la viuda del juez de la suprema corte Antonin Scalia, un conservador, y familiares de víctimas asesinadas por migrantes indocumentados.
