La primera revolución de Internet trajo la transformación de muchas industrias y en muchos casos, la muerte de grandes empresas.
Firmas como Amazon, eBay y Google lograron conectar a millones de personas ofreciendo servicios sumamente innovadores, eliminando la fricción que imponía la forma de hacer las cosas en la "vieja economía", y en el camino destrozaron a sus competidores y crearon nuevos mercados.
Hoy la revolución móvil toca a prácticamente todo el mundo, dando el poder de Internet en la palma de la mano a toda persona con un teléfono inteligente o smartphone.
Un ejemplo de esta nueva revolución, la vemos en la industria de servicios financieros. El primer boom prácticamente no tocó a los proveedores de servicios financieros tradicionales. Debido a las altas barreras de entrada como los legacy systems de las instituciones financieras, el alto costo de desarrollo y los estándares de seguridad, era muy difícil para un start-up desarrollar productos y alcanzar la escala necesaria para ser rentable.
Hoy día, la industria de servicios financieros está siendo volteada de cabeza por la facilidad con la que se puede desarrollar software a bajo costo y la infraestructura que nos dejó el primer boom de Internet. Esta revolución abarca del otorgamiento de créditos a los sistemas de pagos. No existe un solo rincón de los servicios financieros que no esté siendo cimbrado por esta nueva ola de desarrollo.
Claro ejemplo de esta irrupción son las Terminales Punto de Venta (TPV). Las TPV en la industria de pagos son el equivalente a lo que eran las máquinas de escribir en los ochenta, tanto para los negocios como para las personas. En el muy corto plazo, y en especial en países en desarrollo como México, donde no hay una base instalada considerable, las TPV serán reemplazadas por dispositivos móviles, ya sea teléfonos o tabletas.
Hay tres razones fundamentales para la extinción de las TPV:
La primera es un aspecto de superioridad tecnológica y de procesamiento de datos. La segunda se relaciona con algo menos tangible pero más difícil de predecir que el cambio tecnológico: el management de las firmas en esa industria. Y finalmente, hay algo que está cambiando de manera radical y que nadie controla: los hábitos de los usuarios, tanto la gente que paga como los comercios que requieren aceptar medios electrónicos de pago.
Las TPV tradicionales y la aceptación móvil convivirán por algún tiempo, pero, en el corto plazo empezaremos a ver la desaparición de las primeras. La razón es sencilla, en todas las medidas de desempeño: velocidad, costo, confiabilidad, conveniencia, un smartphone es muy superior a cualquier TPV.
El autor es CEO y co-fundador de Clip.