El destino de algunos tenedores de bonos de Oceanografía depende ahora del SAE, cuyas obligaciones incluyeron el año pasado la venta de 10 mil 201 camiones, autos y motocicletas, lo suficiente para cubrir 10 canchas de fútbol, según su sitio web.,
El Gobierno mexicano tomó el control de la contratista petrolera el 28 de febrero luego de que Citigroup Inc. denunciara un préstamo fraudulento de 400 millones de dólares e hizo que la compañía quedara a cargo del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), una tarea sin precedentes para el organismo
Los 335 millones de dólares de bonos impagos de Oceanografía con vencimiento en 2015 ya han bajado más de la mitad, a 15 centavos por dólar desde la confiscación, dado que los inversores asignan escaso valor a su única garantía, siete barcos que ya tienen características obsoletas.
Ahora esos tenedores de bonos deben enfrentar a un organismo que no tiene un mandato claro para la resolución de sus reclamos, como tampoco un plazo explícito para ceder el control de los activos, y muy poca experiencia en la especialidad de construcción e ingeniería naval de Oceanografía.
"Es territorio virgen", dijo Jim Harper, jefe de análisis de BCP Securities LLC en Greenwich, Connecticut. "Nadie sabe con certeza cuál va a ser el proceso ni qué valor tienen los activos. Es probable que las cosas se compliquen". Harper, quien analiza los mercados mexicanos desde hace más de 15 años, dijo que no recordaba ningún caso similar.
Funcionarios del SAE hablan con bancos, inversores y empleados para determinar cuánto se les debe. Hasta ahora, la principal medida del organismo ha sido prometer 200 millones de pesos de pago retroactivo a los empleados que se habían manifestado como protesta ante la falta de pago.
"Desde la perspectiva de la opinión pública, los empleados son lo más importante, pero el gobierno tiene que mostrarse sensible a los inversores, dado que el tratamiento que reciban podría afectar la confianza en México", dijo en entrevista telefónica Jorge Chabat, del CIDE.