Antonio Sandoval
Los precios de diversos productos agropecuarios se han disparado en los últimos meses, reflejando las repercusiones de los periodos de sequía que azotan al país desde hace cuando menos 3 años; si bien la volatilidad es un factor importante, hay productos que también bajan, pero el aumento en algunos precios resulta muy llamativo.
Por ejemplo, en el transcurso del último año, el tomate Saladette registra un incremento de 64.73%, el tomate Bola sube 36.17 puntos; el chile Poblano se ha disparado 93.44% en los últimos 12 meses, el chile de Arbol hace lo propio con 31%, la cebolla Bola blanca acumula un alza de 148%, el melón se encarece 37% y la sandía 52 puntos porcentuales, por mencionar algunos.
Empero, algunos productos bajan, como el chile Serrano, el aguacate, la naranja y el tomate verde, cuyos precios retroceden 52, 38, 33 y 27%, respectivamente.
En conjunto, la canasta de productos -muestra manejada por el Servicio Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM)- reporta un incremento de 51%, mientras que retirando la variación más alta y la más baja, el avance se ubica en 44%.
De acuerdo con los reportes del SNIIM, el principal factor que impulsa los precios es el climático, y evidentemente la sequía juega un papel relevante.
De acuerdo con cifras de ASERCA y SIAP, en los últimos 5 años se han siniestrado un promedio de 35% de las hectáreas sembradas, lo que hace muy volátiles los precios, genera presiones en la demanda e incluso modifica y altera la logística de la distribución de los productos.
Por ejemplo, en 2011 la superficie sembrada en el país fue de 9.49 millones de hectáreas, de las cuales 21% resultó dañado, aproximadamente 1.99 millones de hectáreas.
Para 2012 las hectáreas afectadas bajaron de manera drástica a sólo 585,000, cerca de 6.0% de lo que se sembró en todo el país.
Sin embargo, el índice de rendimiento por hectárea no sube de modo considerable, lo que refleja un problema de producción.
En 2009, la relación tonelada por hectárea fue de 2.2, es decir, 2.3 toneladas de rendimiento por cada hectárea sembrada; para 2010 se ubicó en 1.99, en 2011 subió a 2.35 y en 2012 quedó en 2.5 puntos; es un indicador que no se mueve sustancialmente, la siembra en México no logra producir más allá de una media de 2.3 toneladas por cada hectárea que se utiliza; en otras naciones los estándares son mucho muy superiores; por ejemplo, 17.5 toneladas en Estados Unidos.
El aumento en algunos productos agrícolas no se refleja aún en el subíndice del Banco Central mexicano, que se ubica por debajo del índice general; sin embargo, en algunos periodos los incrementos sí han resultado mucho más altos frente a la canasta general; por ejemplo, en junio del año pasado el subíndice de frutas y verduras se disparó 7.0%, mientras que la canasta general lo hizo en menos de medio punto porcentual.
Incluso, el índice general agrícola sí se ubica arriba del general, está en 111.3 unidades contra 107.67 puntos, aunque de igual forma sus variaciones son menos abruptas, salvo en los meses de intensas presiones.
El tema agrícola estará en la agenda para los próximos meses, pronto empezará la época de estiaje en el país, entonces veremos si las expectativas en precios se cumplen, pero todo apunta a que suban por el castigo del clima a la siembra y cosecha de productos.