WASHINGTON.- El crecimiento de Estados Unidos en el segundo trimestre fue menos débil de lo que se esperaba, dado que las exportaciones tuvieron mayor impulso que las importaciones y las empresas aumentaron sus inversiones, todas señales alentadoras para el panorama económico del país.
El producto interno bruto (PIB) se expandió a una tasa anual de 1.4 por ciento, dijo este jueves el Departamento de Comercio en su tercera estimación del PIB. La cifra se ubicó por encima del 1.1 por ciento reportado el mes pasado y superó las expectativas de los analistas.
El sondeo de Bloomberg anticipaba un PIB de 1.3 por ciento.
La revisión incorporó datos que mostraron que las empresas recortaron las inversiones en inmuebles y equipamiento menos de lo que el Gobierno había previsto.
Otros datos publicados por del Departamento de Comercio indicaron que el déficit comercial se redujo en agosto, un buen augurio para el crecimiento del tercer trimestre.
"Parece que el crecimiento está volviendo lentamente a un terreno más firme", dijo Michael Feroli, economista de JPMorgan en Nueva York.
La economía estadounidense ha tenido problemas para recuperar el impulso desde que la producción empezó a desacelerarse en los últimos seis meses de 2015.
El crecimiento del PIB en el segundo trimestre se mantuvo debajo de las tasas consideradas normales históricamente.
Esto podría dar fortalecer el argumento del candidato presidencial republicano Donald Trump de que la economía se deterioró durante el Gobierno de Barack Obama.
Al mismo tiempo, el gasto del consumidor -que representa más de dos tercios de la actividad económica del país- fue potente en el segundo trimestre y subió a una tasa anual de 4,3 por ciento.
En tanto, el alza de las exportaciones superó a la de las importaciones y dio el mayor impulso al PIB desde el tercer trimestre de 2014.
No obstante, las empresas siguieron reduciendo drásticamente sus inventarios, bajando existencias en 50 mil 200 millones de dólares y restando crecimiento al PIB, mientras que la construcción de viviendas también se hundió.
Parece poco probable que el dato del PIB tenga mucho impacto en el panorama de política monetaria a corto plazo, aunque podría aumentar la confianza entre las autoridades de la Reserva Federal acerca de la resistencia de la economía estadounidense frente al débil crecimiento en el exterior.
La presidenta de la Fed, Janet Yellen, reiteró el miércoles que la entidad espera poder subir las tasas de interés a fines de año por temor a que el creciente ritmo del mercado laboral impulse la inflación.
En tanto, el Departamento del Trabajo dijo en otro informe que el número de estadounidenses que presentó nuevas solicitudes de subsidios estatales por desempleo subió ligeramente la semana pasada, pero se mantuvo en niveles consistentes con un mercado laboral saludable.
El Departamento de Comercio tiene previsto publicar nuevos datos de inflación el viernes.