CIUDAD DE MÉXICO.- El acceso al financiamiento dejará de ser el talón de Aquiles del campo mexicano, pues con la Reforma Profunda para el Campo se promoverá un sistema de financiamiento integral del sector agroalimentario.
De acuerdo con la propuesta preliminar "Acuerdo Marco para la Reforma del Campo", que presentaron las secretarías de Agricultura y Gobernación a diferentes organizaciones campesinas y del sector agrario, y de la cual EL FINANCIERO cuenta con una copia, dicho sistema estará encabezado por la banca de desarrollo con el compromiso de atender a diferentes segmentos del universo de productores.
La banca de desarrollo estará complementada con fideicomisos financieros, banca privada especializada, dispersores de crédito e intermediarios financieros sociales y no bancarios, así como fondos de garantías que permitan ofrecer condiciones de financiamiento competitivo en tasas de interés, plazos, oportunidad y garantías asequibles.
Los primeros resultados se conocerán en breve con la creación de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, que constituye ya un importante aporte de la reforma financiera, recientemente aprobada, para la conformación del referido sistema.
En la propuesta se plantea el fortalecimiento de los intermediarios financieros bancarios y no bancarios vinculados a la atención del sector rural.
En esta acción, que busca atender de manera integral la problemática estructural del sector, es necesario hacer más eficaz y transparentes las funciones de la Sagarpa y sus órganos desconcentrados, y continuar avanzando hacia una nueva estructura programática que atienda la reforma y evite duplicidades e ineficiencias.
REORDENAMIENTO
Asimismo, se reconoce que el reordenamiento de las funciones propias del sector agroalimentario es un esfuerzo también indispensable para avanzar en las tareas que plantea la reforma del campo.
Se establece la conveniencia de contar con una política y presupuesto multianual en los programas y proyectos estratégicos de Sagarpa, y la integración de un código agroalimentario que permitirá depurar, compactar e integrar la legislación existente.
Se suma también el impulso a la agricultura familiar y la productividad del minifundio que actualmente se encuentran en condiciones de pobreza y descapitalización, pero que cuentan con un notable potencial productivo.
Asimismo, se señala la necesidad de la planeación estratégica para lograr el balance de la oferta y demanda en el sector agroalimentario que se fortalecerá con el Tablero de Control, como un instrumento de apoyo para la toma de decisiones y la coordinación interinstitucional, que evite los grandes desequilibrios de déficit y superávit agroalimentarios y promueva precios justos al productor y consumidor.
Se promoverá además un Sistema Nacional de Compras Públicas para consolidar y ejercer el poder de compra orientado a los pequeños y medianos productores.
Por otra parte, la reforma del campo sugiere promover activamente el resurgimiento de las industrias nacionales de semillas y fertilizantes, busca elevar de manera importante la oferta de ambos insumos estratégicos, disminuyendo la dependencia externa y eficientando los mercados al promover la competencia, evitar prácticas monopólicas y lograr precios competitivos.
FERTILIZANTES
En el caso de la industria nacional de fertilizantes, se está avanzando ya con las plantas renovadas de urea y amoniaco, de Pemex, que están próximas a operar y que permitirá sustituir las importaciones de estos insumos estratégicos y abastecer a los productores nacionales; igualmente, se impulsará el desarrollo y consolidación de la industria nacional de semillas.
La nueva política también promovería la tecnificación del riego y optimizaría el uso del agua, a través de una nueva estrategia nacional para el cuidado, ahorro y uso eficiente del líquido en la agricultura y la producción de alimentos.
Se ratifica el compromiso de tecnificar unas 480 mil hectáreas y aperturar 520 mil nuevas hectáreas al riego al 2018, lo cual se traducirá en una mayor productividad y rentabilidad de la actividad agrícola.
Las metas podrían ser mejoradas, al amparo de las nuevas políticas que se deriven de la reforma del campo, que se traducirán en la reordenación de prioridades para la asignación de los recursos presupuestales disponibles, en una mayor incorporación de financiamiento de la banca de desarrollo a la infraestructura hídrica, y en la reactivación de infraestructura ociosa o subutilizada.
El documento establece la estrategia del fortalecimiento del extensionismo holístico que consiste en el acompañamiento técnico en toda la cadena de valor, con alcance y contenido en una visión sistémica de los procesos producción-consumo.
Otro compromiso es fortalecer el sistema nacional de sanidad e inocuidad, que constituye un asunto de seguridad nacional, que permita conservar y mejorar el estatus fitozoosanitario de México, para que los productos agroalimentarios mexicanos se exporten.
Destaca que la formación de un clúster en torno a la cadena de oferta será un instrumento clave para romper las limitaciones de escala.