México impuso aranceles a la importación de azúcar de entre 156 y 210 por ciento, mediante un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) este lunes 10 de noviembre.
El decreto entrará en vigor a partir de este martes 11 de noviembre y, de acuerdo con el gobierno federal, se implementan estos mecanismos para generar estabilidad en los sectores de la industria nacional.
“La agroindustria de la caña de azúcar en México enfrenta una situación de sobre oferta de azúcar en el mercado nacional que está poniendo en riesgo la rentabilidad y viabilidad de toda la cadena productiva”, indica del DOF.
Así serán los aranceles a la azúcar en México a partir del martes
- El azúcar líquida refinada y el azúcar invertido son las que reciben más carga de aranceles, con el 210.44 por ciento,
- azúcares de remolacha, de caña, con adición de aromatizante o colorante, con un contenido de 90 por ciento superior o igual en peso, jarabes aromatizados o con colorantes, y los demás, tendrán un arancel de 156 por ciento.
“El arancel de importación vigente para el azúcar, bajo trato de nación más favorecida, actualmente no ofrece la protección suficiente a la agroindustria nacional dada la caída de los precios internacionales de este producto, por lo que se considera necesario modificar los aranceles específicos”, dice el decreto.
Aranceles al azúcar en México: ¿Qué otros impuestos vienen para productos azucarados?
El Congreso aprobó una reforma a la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2026 y que impacta directamente al sector refresquero y de bebidas saborizadas en México.
La medida introduce un arancel diferenciado: las bebidas con azúcares añadidos, donde entran refrescos como Pascual o Coca Cola pasarán a pagar 3.0818 pesos por litro, mientras que las versiones endulzadas con edulcorantes no calóricos —las conocidas “light” o “cero” — tendrán una cuota de 1.50 pesos por litro.
La sólida subida del IEPS para los refrescos convencionales representa un aumento cercano al 87 por ciento respecto a los 1.6451 pesos por litro vigentes.
Según el boletín oficial del Congreso, la diferencia de tasa obedece a que “se busca la migración a productos más saludables, como son aquellos preparados con edulcorantes”.
La Secretaría de Salud y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público explicaron que el objetivo principal no es meramente recaudatorio, sino de salud pública: reducir el consumo de bebidas con alto contenido calórico ante la crisis de obesidad y diabetes que enfrenta el país.
La industria refresquera ya reaccionó ante la nueva regulación. Por ejemplo, Coca‑Cola se comprometió a reducir en 30 por ciento el contenido de azúcar en su portafolio para 2026 y a impulsar las versiones sin azúcar como alternativa más accesible.
Sin embargo, especialistas y organizaciones civiles advierten que el impuesto aún puede ser insuficiente: el coste final para los consumidores aumentará y quienes tienen menores ingresos serán los más afectados.







