La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) determinó, por mayoría, reducir la tasa de interés en un cuarto de punto, por tercera ocasión consecutiva, para dejarla en 7.25 por ciento. Además, adelantó que hacia delante valorará recortar el referencial.
Esto representó un cambio en la guía prospectiva, ya que antes señalaba “recortes adicionales”, lo que dividió a los analistas. Hay quienes ven que a partir del próximo año se observaría una pausa en la flexibilización monetaria iniciada en 2024, mientras que otros prevén que solo un choque inesperado frenaría el ciclo.
El comunicado evidenció que la Junta de Gobierno juzgó apropiado continuar con el ciclo de disminuciones de la tasa de referencia en congruencia con la valoración del actual panorama inflacionario.
“En particular, consideró el comportamiento del tipo de cambio, la debilidad que ha mostrado la actividad económica y los posibles impactos ante cambios en políticas comerciales a nivel global. Tomó en cuenta el grado de restricción monetaria que se ha implementado”, especificó.
La gobernadora Victoria Rodríguez y los subgobernadores Galia Borja, Gabriel Cuadra y Omar Mejía votaron en favor de reducir la tasa. Por cuarta ocasión consecutiva, Jonathan Heath buscaba que no se alterara a la baja.
Anticipan pausa monetaria
Ricardo Aguilar, economista en jefe de Invex, argumentó que la decisión de política monetaria era esperada por el mercado. En su interpretación, es probable que Banxico próximamente inicie un periodo de pausa duradera.
“Ya te estaría hablando de que podría llegar a un piso. Nosotros esperamos que ese piso se vaya a dar en 6.75 por cierto a principios del próximo año, y ahí Banxico se va a detener”, manifestó a El Financiero Bloomberg.
Analistas de Banamex añadieron que se dará “una pausa prudente” en el primer trimestre del próximo año, en un contexto de presiones de precios y una vez que se verifique que éstas son acotadas y de corta duración, se realizarían dos recortes para dejar la tasa en 6.50 por ciento al cierre de 2026.
En Monex subrayaron que la mayor debilidad en la actividad económica y el reciente recorte de la Reserva Federal permitieron a Banxico reducir la tasa y el 18 de diciembre repetirá la acción para ubicarla en 7.0 por ciento y posteriormente realizar una pausa.
En cambio, Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, proyectó que de no presentarse un choque inesperado que desestabilice las expectativas y el tipo de cambio, es posible esperar que el ciclo de relajamiento no haya llegado a su fin y Banxico ajuste a la baja en sus reuniones de diciembre, febrero y marzo.
Analistas de Banorte estimaron que el ciclo de bajas continuará ante lo expresado en la guía futura, la reciente debilidad de la actividad económica, el comportamiento favorable del peso mexicano frente al dólar, un Fed todavía acomodaticio y cierta estabilidad en el frente inflacionario.
“Las disminuciones continuarán en el primer trimestre de 2026. Anticipamos dos ajustes de 25 puntos base para situar la tasa en 6.50 por ciento, nivel que pensamos prevalecerá el resto del 2026”.

Riesgos al alza
En Banxico modificaron ligeramente sus estimados de inflación. Ahora prevén que el indicador general cierre este 2025 en 3.5 por ciento, desde el 3.6 por ciento esperado previamente; mientras que el componente subyacente terminará en 4.1 por ciento, desde 4.0 por ciento anterior.
Ambos indicadores presentaron ajustes al alza para los primeros dos trimestres del próximo año. Banxico sostuvo que el balance de riesgos respecto de la trayectoria para la inflación en el horizonte de pronóstico mantiene un sesgo al alza, si bien este es menos pronunciado que el enfrentado entre 2021 y 2024.
Los pronósticos están sujetos a los riesgos al alza, como la depreciación del peso mexicano, persistencia de la inflación subyacente, disrupciones por conflictos geopolíticos o políticas comerciales, presiones de costos y afectaciones climáticas.
En cambio, entre los riesgos a la baja destacan una actividad económica menor a la anticipada, un menor traspaso de aumentos en los costos y menores presiones por la apreciación de la moneda nacional, de acuerdo con el banco central.







