La economía de México se contrajo ligeramente en el tercer trimestre de 2025, una señal de que los planes de la presidenta Claudia Sheinbaum para estimular el crecimiento a pesar de las crecientes tensiones comerciales con Estados Unidos no están dando los resultados esperados, reavivando la preocupación por una recesión este año.
El producto interno bruto (PIB) cayó 0.3 por ciento en el trimestre con respecto a los tres meses anteriores, ligeramente por encima de la estimación mediana del -0.4 por ciento de los economistas encuestados por Bloomberg, y por debajo del crecimiento del 0.6 por ciento del trimestre anterior.
En comparación con hace un año, el PIB cayó 0.2 por ciento, apenas por encima de la estimación mediana del -0.3 por ciento, según datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística.
¿Por qué la economía de México cayó en el tercer trimestre de 2025?
El principal lastre para la economía fue la caída anual del 2.9 por ciento en el sector industrial, que incluye la minería, la construcción y la manufactura, en un momento en que México enfrenta dificultades para atraer nuevas inversiones, tanto nacionales como extranjeras, debido a la incertidumbre comercial. Los sectores agrícola, ganadero y pesquero crecieron un 3,6% en el trimestre.
“Prácticamente todo se está contrayendo: el consumo es débil, la inversión es muy débil debido a la incertidumbre y el gasto público también ha disminuido considerablemente”, afirmó Gabriela Siller, directora de análisis económico del banco mexicano Banco Base.
“No descartamos la posibilidad de una recesión en México este año, y si no hay recesión, entonces un estancamiento económico que se prolongará hasta el cuarto trimestre del año”.
Los analistas consultados en la última encuesta de Citi estiman que la economía se desacelerará por cuarto año consecutivo en 2025, con un crecimiento de apenas el 0.5 por ciento.
Banxico advierte que se avecina una desaceleración económica
Banxico, el banco central de México, redujo sus tasas de interés en septiembre en un cuarto de punto porcentual, hasta el 7.50 por ciento, aunque dejó abierta la posibilidad de futuras reducciones.
Las autoridades han manifestado su preocupación por la desaceleración económica que se avecina, subrayando que la incertidumbre comercial representa un riesgo a la baja.
“Se produjo una desaceleración de la demanda agregada porque hemos visto una pérdida de dinamismo en el consumo, la inversión y también en el gasto público”, dijo Janneth Quiroz Zamora, directora de análisis económico de Monex Casa de Bolsa, antes de la publicación de las cifras.
En enero, Sheinbaum presentó su “Plan México”, un proyecto impulsado principalmente por el Estado para crear docenas de centros de desarrollo local con incentivos fiscales para atraer inversión local y extranjera y estimular el crecimiento.
Sin embargo, el plan no ha logrado atraer la inversión extranjera prevista, debido en parte a la incertidumbre comercial derivada de los aranceles intermitentes a los productos mexicanos anunciados por el presidente estadounidense Donald Trump.
No obstante, las exportaciones mexicanas crecieron casi un 14 por ciento en septiembre con respecto al mismo mes del año anterior, lo que supuso un cierto alivio para la economía.
México vende alrededor del 80 por ciento de sus exportaciones a compradores estadounidenses.
Aunque los importadores estadounidenses de productos mexicanos se enfrentan a aranceles sobre el acero, los automóviles y los productos no cubiertos por el tratado comercial regional T-MEC, Sheinbaum ha logrado evitar aranceles más punitivos por parte de Trump. La gran mayoría del comercio entre Estados Unidos y México está cubierto por dicho tratado.
A principios de esta semana, Trump volvió a prorrogar una prórroga sobre los aranceles adicionales a los productos mexicanos, lo que avivó las esperanzas de alcanzar un acuerdo más amplio con Sheinbaum.
Trump describió la prórroga de la tregua arancelaria con México como un paso positivo porque muchas importaciones mexicanas a Estados Unidos ya están sujetas a aranceles significativos que, según él, benefician a Estados Unidos.
“De cara al futuro, es probable que la actividad real se enfrente a obstáculos derivados de la incertidumbre política interna y externa, un impulso fiscal negativo y una débil confianza empresarial”, señaló Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs Group., en una nota a sus clientes.
“En el lado positivo, es probable que el gasto de los hogares siga beneficiándose de unos flujos de crédito que aún se mantienen resilientes y de un crecimiento salarial real sólido, aunque moderado”, afirmó.







