Economía

Inversión acentúa debilidad y lastra crecimiento del PIB

La inversión cayó 4.0% en el primer trimestre, y es la baja más significativa en casi cinco años.

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Es probable que el consumo y la inversión se mantengan débiles ante la desaceleración del empleo y los salarios.

La inversión en México acentuó su debilidad en el primer trimestre de este año y lastró el crecimiento económico, lo que, aunado a la contracción en el consumo, apunta a un bajo dinamismo en la actividad productiva.

La inversión se contrajo 4.0 por ciento en el primer cuarto de este año, a tasa trimestral, con lo que ligó dos trimestres a la baja, y además reportó el mayor descenso en casi cinco años, desde el segundo trimestre del 2020, de acuerdo con los registros del INEGI.

En tanto, el consumo privado registró una disminución de 0.4 por ciento trimestral, su segundo trimestre a la baja. El consumo del gobierno aumentó 0.4 por ciento.

Por su parte, las exportaciones de bienes y servicios crecieron 1.1 por ciento trimestral en el primer periodo de 2025, con lo que acumulan seis trimestres en positivo, aunque por debajo del cuarto trimestre de 2024, cuando registró un avance del 3.7 por ciento trimestral.


Con ello, la demanda y oferta agregadas reportaron un descenso de 1.1 por ciento trimestral, la mayor caída desde mediados de 2020.

De acuerdo con los analistas de Banamex, es de llamar la atención la caída generalizada en el interior del rubro de la inversión.

Agregaron que es probable que el consumo y la inversión se mantengan débiles ante la desaceleración del empleo y los salarios, la contracción del gasto público, los efectos de la elevada incertidumbre en la inversión privada y las elevadas tasas de interés.

“Los resultados de hoy confirman que la economía mexicana inició con menor dinamismo, reflejando la desaceleración observada a finales del 2024. Con una contracción simultánea de la oferta y demanda, indicando un entorno adverso para el consumo y la producción”, indicaron analistas de Monex.


Agregaron que, de cara al futuro, este contexto plantea riesgos latentes para el dinamismo económico y presiona las expectativas de crecimiento. La persistente debilidad del consumo e inversión sugiere que este ritmo podría extenderse hasta la segunda mitad del 2025.

Restan al crecimiento

A tasa anual, el PIB avanzó 0.8 por ciento en el primer trimestre, mientras que la inversión cayó 5.2 por ciento y el consumo privado bajo 0.6 por ciento. Según datos del Inegi, la inversión restó 1.3 puntos porcentuales al crecimiento económico, y el consumo restó 0.5 puntos.

Para Andres Abadia, economista en jefe para Latinoamérica de Pantheon Macroeconomics, hay varios factores a resaltar que han propiciado esta caída en los últimos meses de la inversión.

El final del sexenio de AMLO generó incertidumbre regulatoria, especialmente en sectores como energía, infraestructura y transporte. Las empresas postergaron decisiones de inversión hasta tener mayor claridad sobre las políticas del nuevo gobierno”, citó Abadia.

Por otra parte, señaló que se dio un enfriamiento del nearshoring. “Es cierto que es una tendencia estructural positiva, pero los flujos recientes de inversión directa han sido más lentos de lo esperado; el motivo: Trump”, dijo.

Añadió que, además, se observan o han observado cuellos de botella regulatorios, falta de infraestructura energética, violencia, y preocupaciones sobre el Estado de derecho, que están afectando el ritmo de nuevos proyectos.

El consumo, por su parte, se contrajo por diversos factores importantes, entre ellos, los efectos de la desaceleración del empleo, de acuerdo con Arturo Vieyra, economista en jefe de Grupo Coppel.

La caída del consumo responde al bajo crecimiento del empleo en el primer trimestre del año y, por tanto, a la masa salarial, restando poder adquisitivo. Por otra parte, la inflación ha venido afectando al rubro de los alimentos, lo que ha frenado el consumo, especialmente a las familias más desprotegidas”, agregó Vieyra.

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