Economía

Liberación de patentes para vacunas COVID está más cerca, dice la OMC

Un acuerdo preliminar indica que la liberación podría ocurrir en tres a cinco años.

La OMC trabaja para acelerar la liberación de patentes de la vacuna. (Bloomberg)

La Organización Mundial del Comercio (OMC) aseguró este miércoles que pondrá manos a la obra para acelerar las negociaciones que liberarían las patentes de vacunas contra el COVID-19, lo cual permitiría un acceso más amplio y equitativo a las mismas.

“Mi equipo y yo hemos trabajado duro durante los últimos tres meses, y estamos listos para arremangarnos y seguir trabajando para que la jefa del Consejo TRIPS, la embajadora Lansana Gberie (de Sierra Leone), para alcanzar un acuerdo tan rápido como sea posible”, declaró la directora general de la OMC, Ngozo Okonjo-Iweala, en un comunicado.

El martes se confirmó que delegados de Sudáfrica, India, Estados Unidos y la Unión Europea ya trazaron un acuerdo preliminar al interior del organismo para liberar las patentes.

Okonjo-Iweala celebró los avances, pero subrayó que todavía falta camino por recorrer. Quedan detalles por afinar dentro del texto, y éste requerirá de la aprobación de los 164 países miembros de la OMC.

“Este es un gran avance, y este compromiso es el resultado de muchas y largas horas de negociaciones. Pero todavía nos falta. Queda más trabajo para asegurar el apoyo de todos los miembros de la OMC”, dijo.

El mensaje de Okonjo-Iweala hace eco de las declaraciones de la Oficina de la Representante Comercial de EU (USTR por sus siglas en inglés), que indicó que “nos encontramos en un proceso de consulta del resultado”.

Una versión preliminar del acuerdo circuló en medios el martes. El texto plantea un período aún no resuelto de tres o cinco años para la liberación de patentes, la cual aplicaría sólo a vacunas contra el COVID, no a tratamientos ni medicamentos. También señala que el beneficio sería sólo para economías emergentes que exportaron menos del 10 por ciento del total de vacunas exportadas en 2021.

Aplicaría además a “materiales requeridos para la producción y suministro de vacunas anti-COVID sin el consentimiento de los dueños de la patente en la medida que se use para combatir la pandemia del COVID-19″. Es decir, abarcaría también el conocimiento técnico para el desarrollo y producción de las vacunas, y no requeriría trato directo con los dueños de las patentes.

La distribución desigual de las vacunas se volvió una de las principales barreras para el combate efectivo de la pandemia a nivel global. Los países de mayores ingresos acapararon la oferta disponible, por la que estaban dispuestos a pagar, mientras que las naciones en desarrollo quedaron rezagadas en sus campañas nacionales de vacunación. Ni siquiera mecanismos internacionales como Covax, diseñados para sortear el problema de la distribución desigual, pudieron dar piso parejo.

La liberación de patentes se discutió desde el comienzo como una solución potencial al problema de la mala distribución. Si más países cuentan con el conocimiento y el permiso para producirlas y distribuirlas tanto a nivel nacional como global, la oferta aumentará considerablemente, y con ello la posibilidad de vacunar a habitantes en todos los rincones del planeta.

Sin embargo, las negociaciones han sido difíciles. Cabe recordar que son pocos los países y compañías que producen actualmente vacunas efectivas, seguras y aprobadas por la comunidad internacional. En el caso de los laboratorios privados, la vacuna contribuyó a que cerraran 2021 con ingresos estratosféricos.

Después de que el USTR se sumara a las conversaciones sobre patentes en la OMC, el CEO de Pfizer, Albert Bourla, publicó una carta en la que advirtió sobre posibles riesgos por la liberación de patentes, entre ellos presiones al suministro de materiales para producirlas y desincentivación de la inversión.

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