Laredo, Texas.- En el marco de la creciente guerra comercial entre China y Estados Unidos, algunos exportadores chinos han comenzado a tomar medidas extremas para evitar los costos arancelarios que se han vuelto insostenibles. En una decisión sin precedentes, exportadores chinos están abandonando contenedores en plena ruta marítima y entregándolos directamente a las compañías navieras, renunciando a la propiedad sobre la mercancía e incluso a los contratos de compraventa, con tal de evitar pérdidas aún mayores, así lo reporta South China Morning Post.
Esta drástica estrategia ha sido calificada por expertos del sector como una “preparación para una larga marcha”, haciendo referencia a la prolongada y desgastante campaña militar del Partido Comunista Chino en los años 30, ahora utilizada como metáfora de lo que muchos consideran será una recesión prolongada en el comercio transpacífico.
Un empleado de una empresa exportadora que cotiza en bolsa en China, quien pidió permanecer en el anonimato, reveló que su volumen de exportación a Estados Unidos se desplomó de entre 40 y 50 contenedores diarios a apenas tres o seis. Esta caída se atribuye directamente al aumento de los aranceles impulsado por la segunda administración de Donald Trump, que ha elevado las tarifas en un 104 por ciento durante este año, alcanzando una carga tributaria total de aproximadamente el 115 por ciento sobre productos chinos.
“Todos los pedidos de fábrica se detuvieron”, afirmó el empleado. “Todo lo que no se haya cargado será desempacado y la carga que ya está en el mar se está redirigiendo a sus puertos de origen. Hemos suspendido todos los envíos desde Filipinas, Vietnam, Indonesia y Malasia”.
Algunos clientes, según señaló, han decidido renunciar por contrato a las mercancías en tránsito y traspasarlas a las navieras, ante la certeza de que “nadie comprará esos productos” por causa del aumento en el costo de las importaciones de productos chinos a Estados Unidos resultado de los nuevos aranceles.
La administración de la empresa en cuestión ha regresado a China para enfrentar la oleada de cancelaciones de pedidos y dispuso la paralización total de sus operaciones con contenedores con destino a EU, a la espera de una posible definición de un escenario comercial más estable con Estados Unidos o bien la apertura de mercados alternativos.
En respuesta a estas políticas, los mercados bursátiles asiáticos han experimentado nuevas caídas, reflejando el nerviosismo de los inversores y la incertidumbre que rodea el futuro del comercio internacional.
En busca de alternativas, la compañía ha comenzado a redirigir sus esfuerzos hacia Europa y Japón, intentando encontrar nuevos destinos para su producción lejos de la tormenta arancelaria desatada por Washington.
China, que se mantiene como el mayor exportador del mundo, fue en 2024 la segunda mayor fuente de importaciones de Estados Unidos, con envíos valorados en 439 mil millones de dólares. Por otra parte, las exportaciones estadounidenses a China sumaron apenas 144 mil millones.
La intensificación del conflicto comercial ha provocado una reacción en cadena que ya golpea fuertemente a los exportadores asiáticos. Se estima que algunas fábricas están recibiendo cancelaciones de hasta 300 contenedores diarios, debido al retiro de compradores estadounidenses temerosos de asumir costos adicionales.