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¿Te quejas de las largas filas y las horas de espera en el aeropuerto? No te imaginas lo que es trabajar en uno

Los más de 2 mil agentes la Administración de Seguridad en el Transporte tienen la nada pequeña tarea de revisar a más de 120 mil pasajeros que llegan todos los días al Aeropuerto de Los Ángeles.

El aeropuerto de su imaginación probablemente se parece al de Love Actually: un refugio de lágrimas de felicidad donde comienzan las aventuras y las familias se reúnen. En la vida real, los aeropuertos son mundos al revés donde es perfectamente aceptable usar pijamas en público, tomar martinis a las 8:15 horas e ignorar toda etiqueta en torno a las filas.

Todo esto formó parte del drama de televisión de NBC de 2004, LAX, protagonizado por Heather Locklear en el papel de una 'supermujer' que maneja a los 55 mil trabajadores y 240 mil pasajeros diarios del aeropuerto. El programa fue cancelado después de una temporada; aparentemente Estados Unidos no creía que su aeropuerto de origen más ajetreado fuera interesante.

Se equivocan. Según James Janovec, el superintendente de operaciones en el que se basó el personaje de Locklear, aproximadamente cada 50 segundos despega un avión de LAX. La instalación cuenta con más agentes de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) que cualquier otro lugar y controla a 100 pasajeros por minuto en las semanas más ocupadas.

Entonces, cuando LAX me ofreció la oportunidad de trabajar con sus equipos de la TSA y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), no pude decir que no. Desde encontrar serpientes en latas de Pringles hasta proporcionar controles de seguridad para un robot con pasaporte, esto es todo lo que aprendí mientras trabajaba en esta colmena de locura.

Hay de niveles a niveles en la sala VIP

"Siempre se puede saber cuándo es la primera vez que un cliente está en la sala VIP, porque, sin falta, dan una vuelta y media para buscar los mejores asientos", asegura Anastasia Jenkins, quien ha dirigido la Sala Star Alliance en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles desde su apertura en 2013.

Cada día, recibe a unos mil 800 viajeros internacionales, quienes esperan un promedio de dos horas para su vuelo mientras beben vino espumoso gratuito (unas 116 mil botellas en 2018).

¿Un hecho poco conocido? La comida en la sala VIP del aeropuerto cambia según la próxima salida. Para los vuelos de Asiana, agregué fideos instantáneos a un bufete ya abastecido con otros frescos; para las salidas de Lufthansa y Air New Zealand, cargué provisiones extra de alcohol.

Por supuesto que hay celebridades con demandas. Cada vez que una cierta estrella de acción regresa, el equipo sabe que no se irá hasta que haya comido tres hamburguesas preparadas especialmente. Una antigua 'Ángel de Charlie' solía ponerse tan malhumorada cuando esperaba su Red Bull, que ahora siempre está disponible donde pueda agarrarlo.

La mayoría, de estas solicitudes, pero no todas, se atienden dentro de habitaciones privadas anidadas como muñecas rusas dentro de las salas, aunque hay excepciones: La leyenda del rock —sonriente pero sedada— que siempre se queja del tamaño de las tazas de avión y disfruta gritando a su también famosa esposa al otro lado del bufete. Los empleados guardan tazas de cerámica extragrandes solo para que las lleve en su vuelo

Otra es la de un importante ganador del Oscar, quien es el héroe de la sala cuando pasa durante las festividades, entregando regalos de Navidad como Santa Claus.

Las verdaderas estrellas van a la terminal privada . La forma más VIP para pasar por LAX no es LAX, sino por una terminal separada en el otro extremo de la pista. La suite privada es un club exclusivo que cuesta 4 mil 500 dólares al año, más un mínimo de 2 mil 700 dólares por vuelo. Se está trabajando en una réplica en el aeropuerto 'John F. Kennedy'. Si este es tu estilo, es un buen negocio: cada estadía incluye 2 mil dólares en servicios de minibar, además de masajes, manicuras, cortes de cabello y servicio de automóvil directamente al avión.

Y, sin embargo, el miembro promedio pasa apenas una hora en su suite personal. Esto se debe a que la mayor propuesta de valor es el ahorro de tiempo: la seguridad aquí es un asunto de puerta a puerta de un automóvil, al igual que en un vuelo privado. Y dado que toda la operación es anterior a la TSA, los pasajeros pueden obtener entregas de Nobu o una sesión individual con su sastre personal.

Entonces, ¿quién paga? Alrededor de 50 por ciento de los miembros son ejecutivos de negocios; los otros son celebridades que escapan de los paparazzi. La madre de Meghan Markle usó las instalaciones en camino a la boda real, y Jamie Foxx también es fan del servicio.

La seguridad, un asunto muy serio

Para comprender el pandemonio apenas contenido que existe a diario en LAX, hay que echar un vistazo más profundo a las cifras. En 2018, casi 42 millones de personas fueron examinadas por el equipo de la TSA, superando al siguiente más activo del país, el JFK, por 8.6 millones de viajeros. El aeropuerto recibe cerca de 120 mil pasajeros que salen y más de 100 mil maletas facturadas todos los días. La tercera semana de junio rompió los récords de tráfico de LAX, con casi 950 mil viajeros que partieron en siete días.

El procesamiento de muchas personas exige una inmensa capacitación. Los 2 mil 700 agentes de revisión del aeropuerto sufrieron primero en posiciones no certificadas: primero, revisaron las identificaciones o se desempeñaron gritando "¡portátiles afuera, sin zapatos!". Una vez mostrado lo que tenían, los empleados recibieron una capacitación avanzada de dos meses, que incluye un curso de dos semanas sobre tecnología de rayos X y dominio de las revisiones adecuadas.

No necesitas un corazón que lata para subirte a un avión

"Realmente pensé que lo había visto todo hasta que recibí una llamada de que había una persona que aparentemente había fallecido en la fila de seguridad", asegura Keith Jeffries, director de seguridad federal de LAX.

En realidad, el anciano había muerto antes, y su familia le compró un boleto de avión, lo ató a una silla de ruedas e intentó llevarlo a escondidas a México, su país natal, para su entierro.

Resulta que esta acción no es tan inusual como parece: un vuelo de ida puede ser sustancialmente más barato que enviar un cadáver. Pero estos casos no llegan a la sala; finalmente, son procesados por la policía de Los Ángeles y entregados al forense del condado.

Un pasajero no vivo logró pasar seguridad, con la aprobación de todos. En diciembre de 2014, LAX fue el primer aeropuerto en recibir un robot humanoide. 'Athena' tenía un boleto a Fráncfort, dos escoltas humanos y un pasaporte alemán adecuado. Y en caso de que se lo pregunte, se sentó en clase económica prémium, aunque sus funciones se desactivaron durante el vuelo (al parecer no contaba con modo avión).

¿A dónde llevan las 'cosas prohibidas'?

Si alguna vez te incautan una carga valiosa por superar el límite de líquidos de 0.1 onzas, no solo lo has pagado en champú perdido (o bebidas, o mermelada), sino también en dólares de los contribuyentes.

"Cuesta dinero almacenar y luego tirar cada artículo incautado", dice uno de mis colegas de la TSA. "No podemos dar por sentado que en realidad hay agua en cada botella de plástico, por lo que tenemos que desechar cada una de ellas como si pudiera ser letal", explica.

Los geles y los aerosoles cuestan aún más, ya que deben ponerse en un sitio especial para desechos peligrosos. Todo ello suma un total de 9 millones de dólares cada año.

Lo que quiero decir que no, no estaba disfrutando secretamente su alijo prohibido con mis colegas de la TSA, especialmente cuando se trata de 'metales y objetos punzantes', una categoría de productos prohibidos que se explica por sí misma.

La mayoría de los agentes informan haber confiscado de tres a cinco de estos artículos durante el típico turno de ocho horas, y vi 40 cuchillos en mi primera hora. Una navaja se había escondido en un agujero ahuecado entre las páginas de una novela de Jodi Picoult, desafortunadamente no en Tratar con cuidado.

También logré que un pasajero me atacara al confiscar su licuadora por su cuchilla giratoria. "¡Típico de Los Ángeles!", me gritó.

Otros mil artículos adicionales se registran y codifican diariamente en el almacén de objetos perdidos de 464 metros cuadrados a poco más de kilómetro y medio de las terminales. Los productos perecederos se incineran con vapor, y todo lo demás se clasifica según su valor. Después de 90 días, los artículos no reclamados se venden en una subasta, y las ganancias benefician a las arcas municipales de Los Ángeles.

Como es de esperar, esto se traduce en una gran cantidad de relojes, cinturones y chaquetas, cosas que pueden ser fácilmente olvidadas en un contenedor de la TSA. Pero me sorprendió cuando procesé un solo zapato: ¿alguien subió a su vuelo usando solo un tenis Nike? Aún más loco, el capitán Michael Scolaro de LAXPD, quien dirige las instalaciones, estima que 70 personas al día pierden una computadora, lo que suma 6 mil computadoras y tabletas en el centro de procesamiento en un momento dado.

Luego están los objetos de gran tamaño, que pensaría serían imposibles de extraviar. En las estanterías durante mi turno vi tablas de surf, tambores bongo, un oso gigante de carnaval, una máquina de apnea del sueño, un monitor cardíaco y mi favorito: una motosierra (¿un festivo día de tala, tal vez?).

También hallé más de mil maletas, dado que el equipaje a menudo se deja, completamente embalado, en rincones extraños, como los baños.

Peligro: una tarjeta de cumpleaños puede causar una alerta de bomba

Diferentes aeropuertos tienen diferentes causas de alarma, literalmente. En Texas y Arizona, las armas son un problema de alto nivel común, pero no es así en California, donde las alarmas principales son activadas con mayor frecuencia por elementos inofensivos.

"¡Deberían ver cómo se ve una tarjeta de felicitación musical en nuestros escáneres!", dice Jeffries, y señala que su equipo de especialistas en explosivos recibió aproximadamente 3 mil llamadas sobre posibles peligros en la primera mitad del año. Eso incluye de todo, desde fuegos artificiales hasta granadas inertes.

Una forma de atajar estas crisis es con un perro que olfatea a los pasajeros, de los cuales hay 400 en todo el país. Estos caninos, seleccionados por su sociabilidad y capacidad para detectar contrabando, pasan por 12 semanas de entrenamiento riguroso de grado militar antes de ser clasificados como 'activos nacionales'. Estos animales identificar cientos de materiales explosivos simplemente por el olor.

Muchas personas imaginan que los pastores alemanes son el perro infiltrado ideal, pero la tendencia se ha movido hacia razas de orejas caídas, que parecen menos amenazantes y utilizan un lenguaje corporal sutil en lugar de gruñidos para comunicar una amenaza. De esta manera, cuando se detecta un olor sospechoso, los encargados pueden movilizar una respuesta sin levantar las sospechas de un viajero potencialmente peligroso.

Los señuelos se pasean con frecuencia por el aeropuerto para mantener a los perros alerta y garantizar que continúen siendo recompensados por oler explosivos. Dado que se requiere que los encargados mantengan una distancia emocional de los animales, los únicos premios de los caninos son simples bolas chirriantes o huesos de plástico, no masajes de panza ni abrazos. Sin embargo, eligen sus propios juguetes, generalmente como parte de un ritual de graduación de la 'escuela de bombas'.

¿Y por qué el agua cuesta tan cara?

¿Qué hacer mientras espera para abordar? En LAX, esa es una pregunta de 814 millones de dólares al año. Las ventas minoristas y libres de impuestos registraron 205 millones y 234 millones de dólares en los últimos 12 meses, respectivamente, pero los alimentos y las bebidas son la gran fuente de ingresos, con 375 millones de dólares en ventas.

LAX tiene un margen más alto que la mayoría de los aeropuertos de EU, aproximadamente 18 por ciento por encima de los precios minoristas típicos. Al menos parte de esa inflación se debe a los altos costos de operación en un aeropuerto. Considera el espacio de almacenamiento limitado y que todos los productos deben pasar por seguridad, lo que significa que los minoristas no pueden comprar a granel.

A ello agrega el alto costo de la mano de obra (los empleados del aeropuerto reciben una compensación por el estacionamiento, así como una hora diaria de tiempo adicional de viaje) y el precio de la botella de agua de 120 pesos comienza a tener más sentido. Pero incluso con todos esos costos adicionales, la mayoría de las franquicias informan que sus puestos en LAX son las ubicaciones más rentables de su marca.

Resulta que, incluso con altos precios, a las personas les gusta comer cuando están aburridas. Es por eso que Panda Express vende más de 120 mil libras de pollo a la naranja al año, y California Pizza Kitchen ofrece 244 mil pizzas en ese mismo periodo.

Probablemente ya violaste la ley antes de aterrizar en el LAX... y no lo sabes

De los 34 mil viajeros que aterrizan diariamente en la Terminal Internacional Tom Bradley de LAX, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés),selecciona a unos 500 para pruebas secundarias, y dos o tres son enviados de regreso a donde vinieron. Pero esos son solo promedios.

Durante mi turno con inmigración, conté a tres personas en un área de espera parecida a la oficina de un dentista. ¿Por qué tan pocos detenidos, dado el clima político actual? Las computadoras hacen la mayor parte del trabajo mucho antes de su llegada, desde el momento en que reserva su boleto.

En el momento en que caminas por la sala de llegadas, tu perfil se ha verificado de 20 maneras diferentes, primero a través de un algoritmo de evaluación de riesgos y luego en comparación con las listas de vigilancia mantenidas por numerosas organizaciones gubernamentales.

Dicho esto, aproximadamente 1.5 por ciento de todos los pasajeros que llegan están violando la ley cuando aterrizan, pero no de una manera por la que deban ser devueltos. Por lo general, llevan un artículo prohibido, a sabiendas o no. ¿El jamón que compró en Italia? Sí, eso no está permitido por el Departamento de Agricultura de EU. ¿El foie gras de Francia? No, eso tampoco. Los alimentos exóticos no son el único contrabando . El objetivo principal de CBP no es negarle su antojo, sino evitar las especies invasoras, como el chancro de los cítricos que amenaza la industria de la naranja de Florida.

Se puede anticipar algunos artículos prohibidos según el origen: cuando los vuelos africanos aterrizan a través de Heathrow, el equipo ve una afluencia de productos envasados en tierra, generalmente plantas que las personas tienen la intención de volver a plantar en sus hogares y jardines en Estados Unidos. Los rusos traen ilegalmente el caviar de beluga.

Los vuelos provenientes de Asia son los que suelen estresar a los agentes. Escamas de pangolín, vesículas de oso, cuernos de ciervo, todos prohibidos: aparentemente, todos los animales exóticos tienen una parte del cuerpo medicinal o afrodisíaca.

Michael Ferguson, quien supervisa la división de Agricultura del equipo, ni siquiera se sorprendió con lo que encontré: genitales de alce en una hermosa caja de madera con un valor aproximado de 500 dólares. Parece que es común. Menos habitual fue el pene de tigre con un valor de más de 100 mil dólares que descubrió el año pasado.

Las criaturas vivas también aparecen regularmente, y el tráfico de animales raros es un delito federal importante con penas de hasta 20 años de prisión. En el primer día de Ferguson, una pasajera de África Oriental abrió su maleta para revelar pescado seco y podrido cubierto por cientos de larvas de tse- tse.

Cuando saltaron y se aferraron al chaleco de Ferguson, la nerviosa mujer extendió la mano sobre el mostrador y comenzó a comerlos de su uniforme. Luego fue el hombre vietnamita que intentó pavonearse a través de seguridad con 84 pájaros cantores pegados a su cuerpo. Puso bandas elásticas alrededor de sus picos, los apretó en tubos de papel higiénico y los ató a sus piernas debajo de un par de pantalones holgados. Cuando se le preguntó, explicó que los inscribiría en una competencia de canto en Estados Unidos.

Encontrar contrabando en el servicio de correo externo de USPS fue realmente extraño: en un día, encontré bolsas de medicamentos del tamaño de una uña metidas en cilindros de bolígrafos regulares, cosidas en el dobladillo del babero de un bebé y metidas en un altavoz donde debería ir el cableado. La mayor parte de esto había sido ordenado por estadounidenses en el extranjero. Aún más inquietantes eran las posibles herramientas para el terrorismo, como interferencias de señales de teléfonos celulares.

Parte del contrabando que no se ve, se puede oler. Aletas de tiburón, nidos de golondrinas, recortes de vid, patas de elefante, murciélagos secos, cráneos de mono, incluso una mano humana momificada, han pasado por las instalaciones. Y si eres optimista como yo y te preguntas si todo se dirigía a un museo o una universidad, te decepcionará saber que definitivamente no era así (los materiales de investigación viajan con permisos especiales emitidos por el Gobierno).

Una vez, el equipo sacó una lata de Pringles y encontró una cobra viva. La serpiente ahora vive en el zoológico de San Diego.

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