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Por qué las joyas Art Déco siguen conquistando coleccionistas 100 años después

Del lujo de Cartier al glamour de Hollywood: las joyas Art Déco mantienen su valor y encanto. Descubre las piezas históricas que aún rompen récords en subastas.

Aquí, de arriba a abajo: aretes Lugano de cerámica negra y diamantes talla esmeralda; collar con flecos Charleston de Chanel High Jewelry con diamantes y ónix.
Joyería Art Decó Combinación de joyería contemporánea y vintage de las casas más famosas del mundo, mostrando la gama y el encanto imperecedero del Art Déco. (Joanna McClure)

Cuando una magnífica colección de joyas salió a subasta en Christie’s el pasado noviembre, todos sabían que sería un acontecimiento extraordinario. El deslumbrante conjunto de piezas de diamantes, rubíes y esmeraldas, encargadas a Cartier en Bond Street, Londres, durante las décadas de 1920 y 1930, había permanecido en manos de los Sassoon, una prominente dinastía judía de origen bagdadí, durante casi un siglo. Incluso sobrevivió al bombardeo del banco donde se almacenaba durante la Segunda Guerra Mundial. La joya estelar del grupo —un excepcional collar art déco indo-persa con diamantes que pesaba entre 130 y 140 quilates— era un raro ejemplo de conservación histórica de una época en la que la mayoría de las joyas importantes se vendieron o se rediseñaron. Y tenía un precio acorde: una estimación máxima de 1.3 millones de francos suizos (1.63 millones de dólares).

Se vendió por 4.4 millones de francos, un testimonio más del atractivo perdurable del art déco, que este año celebra su centenario.

Esta estética, que influyó en la moda, la arquitectura, el arte y la joyería, comenzó en la década de 1910, floreció durante los locos años 20 y luego decayó con la Gran Depresión. Aunque su auge duró apenas 20 años, el movimiento tuvo un impacto desproporcionado en el diseño durante décadas posteriores, y diseñadores independientes contemporáneos aún encuentran inspiración en sus líneas limpias y formas audaces. “El art déco sigue siendo el periodo más popular entre los coleccionistas”, dice Benoît Repellin, jefe mundial de joyería en la casa de subastas Phillips.

El estilo llegó oficialmente a la escena internacional en 1925 con la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas (de ahí el término “art déco”). Organizada por el gobierno francés como una plataforma para mostrar el diseño moderno, la exposición de París estaba originalmente planeada para 1915, pero fue aplazada por el estallido de la Primera Guerra Mundial. Cuando finalmente abrió una década después, con expositores de 21 países, más de 16 millones de personas asistieron para recorrer unas 15 mil piezas de los grandes nombres del momento, como René Lalique, Le Corbusier y Jeanne Lanvin. El pabellón Le Pavillon de l’Élégance, de Émile‑Jacques Ruhlmann, se convirtió en el referente del diseño interior art déco.

Galerías Lafayette en 1925.
Galerías Lafayette El pabellón de las Galerías Lafayette en la exposición de París de 1925. (Roger Viollet)

Lo que se exhibió fue una revelación. Al término de una guerra brutal, los avances en aviación y automóviles, así como la expansión de la electricidad, estaban transformando el mundo rápidamente. El arte y la literatura de vanguardia florecían—era natural que nuevas formas en las artes decorativas también irrumpieran con fuerza. “El art déco fue una respuesta a un momento de mucha esperanza, cuando se pensaba que el mundo entraba a una etapa moderna y emocionante”, dice Briony Raymond, diseñadora y curadora de joyería vintage. “Había mucha opulencia en los años veinte”.

Los nuevos motivos geométricos representaban un cambio frente a las formas exuberantes e inspiradas en la naturaleza que definieron la estética anterior a la guerra, ese “mundo orgánico, ondulante, de la época del art nouveau”, dice Raymond. Alexandrine Maviel-Sonet, directora de patrimonio y exposiciones en Van Cleef & Arpels, coincide. “El art nouveau era muy pastel, con formas redondeadas y un arte complejo”, dice. “El art déco era completamente distinto: simple, muy geométrico, buscaban el contraste de color”.

A mediados de la década de 1910, diseñadores como Van Cleef ya habían comenzado a crear piezas que exploraban esta idea. Las joyas bicromáticas combinaban ónix con diamantes o piedras de color —normalmente esmeraldas, rubíes o zafiros— y usaban patrones audaces para resaltar los contrastes marcados. Más adelante, en 1919, se volvió popular añadir un tercer color, y las combinaciones de diamante-ónix con una gema de color se convirtieron en un sello de la joyería art déco.

Al final, sin embargo, no hay un solo estilo o motivo que defina el art déco. “Abarcó muchos movimientos de diseño distintos que ocurrían en ese momento”, dice Raymond. “Si tuviera que resumirlo en una descripción simple, diría: menos orgánico, más geométrico, menos fluido, mucho más audaz y arquitectónico”.

Joyería Art Decó
Joyas centenarias De izquierda a derecha: aretes antiguos de diamantes con flor de loto egipcia (68 mil 500 dólares en Briony Raymond); collar de Chopard Haute Joaillerie (precio bajo demanda) con zafiros, esmeraldas y diamantes; broche de diamantes y rubíes Bulgari de los años 30 (precio bajo demanda en Yafa Signed Jewels); brazalete Saddle Series Cuff No. 6 de jade tallado y diamantes de Belperron (la mitad de un par de 64 mil dólares); brazalete vintage Chaumet (precio bajo demanda en Fred Leighton) con esmeralda cabujón de 18.5 quilates y diamante de 18.75 quilates. (Joanna McClure)

Las joyas art déco podían ser planas o tener mucho volumen, con gemas talladas y cabujones. El platino se convirtió en un distintivo, aunque también se usó oro. Esta diversidad es una de las razones por las que el art déco sigue siendo tan popular. “Lo llamamos un movimiento, pero el nombre llegó mucho después, en los años 60, cuando se volvió a mirar este periodo de los años 20 y 30”, explica Repellin. “En realidad es muy amplio”.

Motivos de Asia oriental e India influyeron en los diseñadores de joyería, lo que dio origen a las piezas Tutti Frutti de Cartier, un diseño art déco por excelencia que, sin embargo, incluye gemas de colores talladas en forma de hojas y brotes, rematadas con diamantes y ónix o esmalte negro. Estas piezas más maximalistas siguen alcanzando precios elevados: un collar Tutti Frutti se vendió en 8.7 millones de dólares en una subasta el año pasado.

Marlene Dietrich
Art Decó en Hollywood Marlene Dietrich con Van Cleef & Arpels en "Pánico escénico" , de 1950. (Sunset Boulevard)

La joyería fue, sin duda, uno de los grandes atractivos de la exposición de 1925. Además de Cartier, Boucheron presentó 232 piezas, y Van Cleef exhibió decenas, entre ellas la pulsera Entwined Flowers, Red and White Roses, que ganó el gran premio. Los coleccionistas adoptaron el movimiento de inmediato. En 1928, el maharajá de Patiala, en el norte de India, llevó varios baúles llenos de piedras preciosas a la boutique de Boucheron en la Place Vendôme de París y realizó el pedido más grande que la maison había recibido hasta entonces.

“La mayoría de esas piezas eran típicas del estilo art déco”, afirma Hélène Poulit-Duquesne, directora general de Boucheron. “Todo el mundo estaba obsesionado con el nuevo estilo”. Entre ellos, el duque de Windsor y Wallis Simpson, la familia Rothschild y la heredera de Woolworth, Barbara Hutton.

La joyería art déco también conquistó Hollywood. Estrellas como Mae West y Jean Harlow lucieron los estilos geométricos en sus películas, sin importar la época en la que estuviera ambientada la historia. Cleopatra, de 1934, fue “la película más art déco de todas”, a pesar de su escenario del antiguo Egipto, afirma Jaci Rohr, quien fue archivista de joyería y vestuario en Paramount Pictures.

Collar Cartier
Cartier El collar Sassoon Cartier, circa 1935, se vendió por 4,4 millones de francos suizos en 2024. (CHRISTIE'S IMAGES LTD)

En 1935, Claudette Colbert, protagonista de Cleopatra, llevó un importante collar art déco del joyero estadounidense Trabert & Hoeffer en la película The Gilded Lily, considerado uno de los primeros ejemplos de colocación de producto de alta joyería en el cine. Pero quizás la pieza más espectacular que haya aparecido en la pantalla grande fue el brazalete Jarretière de rubíes y diamantes de Van Cleef, perteneciente a Marlene Dietrich, que usó en la película Stage Fright en 1950 (se vendió en 4.53 millones de dólares en Christie’s en 2023).

Art Decó en la película Cleopatra
Art Decó en el cine Colbert en Cleopatra, de 1934. (Paramount Pictures)

La arquitectura siguió un curso naturalmente más largo: el emblemático edificio Chrysler de los años 30 en Nueva York y el Rockefeller Center, los hoteles sobre la avenida Collins en Miami Beach entre los años 20 y 40, el Observatorio Griffith en Los Ángeles, la estación eléctrica Battersea Power Station de 1933 en Londres, el Palais de Tokyo y las Folies Bergère en París, así como barrios enteros en Mumbai y Napier, Nueva Zelanda, son todos homenajes al poder del movimiento. Incluso hoy en día, los elevadores de muchos edificios de oficinas conservan las líneas limpias y las formas formales que caracterizan la influencia del art déco.

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Alta joyería Collar Van Cleef & Arpels Diamond Tie con diamantes de talla Asscher; aretes Cartier Nature Sauvage de Alta Joyería en platino con diamantes y ónix; aretes Boucheron Vendôme Liseré con diamantes y laca negra. ( Joanna McClure)

Con la llegada de la Gran Depresión, la era del derroche, los vestidos con flecos y los diamantes descomunales llegó a su fin. Los diseños art déco comenzaron a incorporar materiales semipreciosos, como cristal de roca, lapislázuli, ágata y ámbar, hasta que un espíritu más sobrio se impuso en la antesala de la Segunda Guerra Mundial. El periodista británico Bevis Hillier es reconocido por haber impulsado el resurgimiento moderno del art déco —y por haberle puesto nombre retrospectivamente— gracias a la publicación de un libro en 1968 que resaltaba su belleza.

La joyería art déco, en particular, posee una estética visual tan definida que, curiosamente, se percibe más moderna que muchos diseños de décadas recientes. “Cuando los clientes comienzan a coleccionar joyas o simplemente a observarlas, es bueno tener algo que se reconozca y que se identifique como típico de ese periodo”, comenta Repellin.

Este apetito insaciable sigue influyendo en el diseño contemporáneo de joyería. Los directores creativos de casas históricas recurren a sus archivos en busca de inspiración, y la inclusión de elementos art déco puede ser determinante para que un cliente se decida a invertir millones. No tienen que preocuparse por si pasará de moda en unos años, y además podrán usarlo en múltiples ocasiones. “Las marcas saben que si incorporan un toque art déco, tendrán compradores para sus piezas de alta joyería”, asegura Repellin.

Hace algunos años, por ejemplo, Poulit-Duquesne quiso resaltar la rica historia art déco de Boucheron, y la maison presentó una colección de alta joyería llamada Histoire de Style, Art Déco, inspirada en sus piezas más exquisitas. La directora creativa Claire Choisne utilizó una paleta cromática estricta con esmeraldas, diamantes, cristal de roca y ónix, evocando muchos de los temas característicos de la época. Al año siguiente, Boucheron lanzó una colección inspirada en los pedidos realizados por el maharajá de Patiala y otros coleccionistas reales de la India.

Nuevo estilo de Art Decó
Nueva clase de Art Decó Para los diseñadores de joyería independientes de élite , volver al estilo Art Déco, un estilo centenario, ha sido una fuente invaluable de ingresos. Haga clic para ver más. (Joanna McClure)

Los museos tampoco están dejando pasar la oportunidad de celebrar el legado perdurable del art déco. Cartier presenta una gran exposición en el Victoria and Albert Museum de Londres, abierta hasta el 16 de noviembre, que incluye numerosas obras maestras del movimiento. Y en octubre, el Musée des Arts Décoratifs de París inaugurará 1925-2025. Cien años de Art Déco, una ambiciosa retrospectiva que recorrerá desde los primeros días del estilo en la década de 1910 hasta su resurgimiento en los años 70, incluyendo nuevas salas permanentes dedicadas al tema. Los visitantes podrán pararse frente a algunas de las creaciones originales e imaginar el instante en que surgió un movimiento, una época de alegría, belleza y posibilidades infinitas.

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