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Catalizadores: Maggie Loredo

La activista pocha ha logrado consolidar una organización que opera en ambos lados de la frontera y una casa de acogida cultural para dar cobijo a las y los indocumentados mexicanos deportados por EU.

Maggie Loredo, fundadora de Otros Dreamers en Acción (ODA).

Maggie Loredo no se considera mexicana ni estadounidense, pero sí es #DeAquíyDeAllá, como dice el lema de la organización que cofundó: Otros Dreamers en Acción (ODA), dedicada al apoyo mutuo y la acción política por y para quienes crecieron en Estados Unidos y ahora se encuentran en México a causa de la deportación.

Maggie, quien se autodefine como una mujer pocha retornada que defiende el derecho a la movilidad, ha logrado apoyar a cientos de personas como ella que han sido expulsados de EU, pero que en México no encuentran una casa y tampoco un país que le respete plenamente sus derechos y sus libertades.

La familia de Maggie, oriunda de San Luis Potosí, migró a Texas cuando ella tenía apenas 2 años; primero vivió en Dallas, pero luego se mudó a Georgia, en ese entonces un estado más racista y conservador con la comunidad latina. A sus 18 años, orillada por un sistema cada vez más opresivo contra las y los migrantes indocumentados, tuvo que dejar EU para poder seguir estudiando, pero ya no pudo volver.

Sin conocer México, sin las raíces, el arraigo y las redes de apoyo que otras personas migrantes sí tienen, Maggie tuvo que adaptarse a un país que tampoco la comprendía ni la reconocía como ciudadana.


“Al principio fue complicado. Estaba como indocumentada en México: no me querían dar el INE porque no tenía otro documento de identidad y no me aceptaban los que yo traía. Vivía como bajo el agua, sin poder respirar bien. No podía salir después de tal hora y me tenía que quedar en casa; tenía una restricción de movilidad. Incluso me decían que no hablara tanto para que no se escuchara que era pocha”, contó en entrevista con Bloomberg Businessweek México.

Fue a través de la escritura y su participación en el libro “Los Otros Dreamers”, de Jill Anderson, también fundadora de ODA, que Maggie conectó con más como ella.

“Nos enfrentábamos a barreras muy similares, como no poder revalidar en México los estudios cursados en el extranjero. Eso fue lo primero que nos unió. Además de crear comunidad”, indicó.

Con el objetivo de presentar el libro en EU, Maggie pudo tramitar su visa como turista y volver al país donde creció luego de casi 8 años fuera.

“Ese viaje representó para mí un compromiso y una responsabilidad de qué significa tener esta movilidad, tener este documento, y qué significa para mi comunidad (pocha exiliada) en México. En ese momento es que me sumo a una lucha y a un movimiento más amplio”, dijo.

A su regreso a México en 2015, Maggie empieza la creación de ODA para dar acompañamiento a personas retornadas y visibilizar a la comunidad pocha, además de hacer incidencia política a favor de las reunificaciones familiares y sus derechos en ambos lados de la frontera.

Hoy, la organización basada en la CDMX cuenta con varias representaciones en México y EU para una mejor articulación en ambos países. Además, tiene Pocha House, un centro cultural y comunitario en la colonia Roma el que, a través de talleres, eventos y actividades artísticas, ayudan a las personas afectadas por el retorno a comunicar sus experiencias y a generar nuevas narrativas sobre el tema.

“¡No están solas! Hay otras personas que han sido atravesadas por experiencias similares. Busquen redes de apoyo y comunidad”, destacó Maggie en un mensaje dirigido a las personas deportadas.

Y para quienes están alejados de estos temas, les invita a escuchar, acompañar y no juzgar a las personas que hablan pocho o que han vivido desplazamientos forzados y criminalización, pues muchas veces son nuestros propios vecinos, compañeros de trabajo o de escuela.

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