Hace 75 años, Martín Silva se unió a los mexicanos que entregaban sus objetos de valor – dinero en efectivo, joyas, incluso pollos – para ayudar a financiar la expropiación petrolera del país.
En aquel entonces el niño aportó lo que debió parecerle como una pequeña fortuna – cinco centavos – y se le dio un recibo por su participación en la creación de Pemex, la compañía petrolera estatal.
"Todo sacrificio es pequeño cuando se hace por la patria," decía el papel.
En vísperas del primer aniversario de la presidencia de Enrique Peña Nieto el próximo mes, el presidente ha sacrificado una buena dosis de popularidad y credibilidad en una controversial gama de reformas en impuestos, telecomunicaciones, y finanzas, así como reformas laborales y educativas que han provocado la ira de los inversores y de la clase media, así como virulentas protestas callejeras.
Silva se ha convertido en uno de los héroes anónimos de la izquierda, que mantiene que la reforma energética de Peña Nieto es una privatización cínica de las joyas de la corona de la nación. El recibo por su donación ha circulado en internet, generando una página de Facebook titulada "Todos somos Martín Silva".
Pero la recompensa de Peña Nieto, como lo espera el presidente, será la reforma en la que lo ha apostado todo: modificar la Constitución para permitir el retorno de las grandes petroleras que fueron expulsadas en 1938, con el fin de atraer la inversión, la tecnología y los conocimientos al prometedor, pero enfermo, sector energético mexicano y alimentar su futuro crecimiento económico.
Bajo su dirección, que trajo nuevamente al largamente dominante PRI de vuelta al poder, la economía mexicana del "tigre azteca" se derrumbó y a duras penas crecerá por encima del uno por ciento este año. Un voto en el Congreso con respecto a las enmiendas constitucionales podría tener lugar a finales de este mes y el optimismo del mercado está en alza.
"Se necesitó un Nixon para ir a China," dijo Carlos Solé, socio de la firma de abogados estadounidense Baker Botts en Texas, que asesora a empresas internacionales interesadas en México.
"Hará falta que alguien del (gobernante) Partido Revolucionario Institucional (PRI) modernice el sector energético. Se trata de una reforma que está a la par con el TLCAN (el Tratado de Libre Comercio de América del Norte con 20 años de antigüedad) en términos de importancia macroeconómica."
Atraer la inversión en ese sector, que incluye ricas reservas de esquisto y en aguas profundas, se considera clave para provocar un crecimiento sostenido en la segunda economía más grande de América Latina. También se espera que la liberalización del sector eléctrico reduzca los costos de energía, ayudando así a impulsar la competitividad de la manufactura mexicana con respecto a sus rivales asiáticos.
Sin embargo, una encuesta de Buendía y Laredo esta semana mostró que el índice de aprobación de Peña Nieto ha caído 5 puntos a 50 por ciento en los últimos tres meses y su capacidad percibida de cumplir sus promesas ha caído 14 puntos en el último año. ¿Podrá lograr su visión energética en vistas del nacionalismo de recursos naturales muy arraigado en México?
En papel sí – se ha avanzado en alcanzar compromisos sobre las reformas políticas exigidas por el Partido de Acción Nacional (PAN), cuyos votos el PRI requiere para pasar la reforma energética. Pero Carlos Elizondo, analista político, teme a los rivales implacables del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el cual podría tratar de causar perturbaciones en el Congreso, en un intento por retrasar la votación.
Hay muchas cosas en juego. Para Elizondo, "Peña Nieto se perdió la oportunidad del momento mexicano," durante el cual el país fue considerado como un favorito de los mercados emergentes – en parte, causado por la lentitud de su equipo novato para implementar el gasto federal, lo cual enfrió la economía.
Las previsiones iniciales de crecimiento en 2013 de más del 3 por ciento se han reducido en más de un tercio, pero los datos del PIB del tercer trimestre el jueves dieron un impulso a las esperanzas de recuperación.
Después de una reducción en el segundo trimestre, la primera contracción de México desde el año 2009, la economía se recuperó en un 0.84 por ciento de crecimiento entre julio y septiembre, superando las expectativas del mercado. En comparación con el tercer trimestre del año pasado, creció 1.3 por ciento.
Sin embargo, después de que el presidente prometiera un déficit de cero en su discurso de toma de posesión, el gobierno está listo para experimentar la brecha presupuestaria más amplia en cuatro años, recibiendo una severa advertencia del ex presidente Ernesto Zedillo, quien tuvo que sanear la moneda y la deuda durante la "Crisis del Tequila" en 1994.
"Por más ambiciosas que sean las reformas emprendidas, la estabilidad macroeconómica esencial no debe ser pasada por alto," dijo Zedillo. "Tenemos que mantener la disciplina fiscal y monetaria... no podemos olvidar que violar dicha disciplina causó la alta inflación."
Se espera que el PIB de México se recupere el próximo año para alcanzar un crecimiento cercano al 4 por ciento y Alonso Cervera, economista de Credit Suisse, dice que la reforma energética es "la principal apuesta del PRI en la economía."
Pero 2014 será un año difícil para Peña Nieto. Si se logra la reforma energética en diciembre, habrá presión para aprobar legislaciones secundarias para poder implementarla, así como las demás reformas aprobadas a principios de este año.
Gran parte de la legislación en materia energética ya ha sido elaborada – pero eso no significa que se haya llegado a un acuerdo.
Una de las cuestiones clave será cómo manejar las ventas de petróleo y gas – determinar si Pemex debiera ser la parte responsable – algo que Luis de la Calle, analista y ex negociador del TLCAN, dijo que sería "como si General Motors estuviera a cargo del departamento de ventas de Ford;" si debe establecerse un cuerpo de comercio gubernamental; o – la opción preferida por el mercado – si las grandes petroleras pueden encargarse de las ventas.
De la Calle dijo que México debe aprender de la lección de Brasil: la insistencia en que Petrobras participe en todos los contratos ha limitado el interés de los inversores, señaló.
Se espera que las protestas aumenten de intensidad en las próximas semanas, pero con las grandes apuestas de Peña Nieto en la reforma, el mercado espera que el presidente tenga grandes ambiciones.