Autorretratarse es fascinante. Un impulso narcisista que antes de la proliferación de los celulares era un privilegio exclusivo de los artistas, pero que ahora es una actividad compartida, dice Juan Carlos del Valle (DF, 1975), quien a partir de esta reflexión decidió devolver al género la cualidad propiamente artística en su más reciente exhibición pictórica: Yo mero.
"Reflejarse dentro de la imagen, desde un espejo en una realidad que parece ajena a mí mismo es un encontrarme con ese otro que soy, pero deja de ser yo. Es un estado distinto de conciencia, un efecto que surge de observarse en el espejo por horas y trabajar desde la acción pictórica en lo que me atañe ese día en particular; a veces desde lo espiritual, el humor o el disfraz", explica. "Es justamente ahí donde se vuelve compartido: somos desde esa máscara, nos encontramos desde esa búsqueda, reflexionamos desde nuestra propia proyección en una acción ya experimentada, que es autorretratarnos", dice.
A lo largo de su trayectoria, Del Valle ha desarrollado una propuesta basada en la exploración del retrato. Ya sea a través de golosinas industriales, narrativas fantásticas, representaciones de otros o de sí mismo, su obra se caracteriza por una poética perturbadora que evoca virtudes, vicios, aspiraciones y conflictos. Integrada por 50 óleos realizados entre 2009 y 2015, Yo mero hurga dentro del autorretrato pictórico actual.
"Desde los mitos contemporáneos, lo virtual, la espiritualidad; la proyección de la sombra o la desintegración, se cuestiona la imagen, el sentido y la identidad en una época en la cual todos pasamos por autorretratarnos. Incluso hay una pieza que va justamente de la selfie a la pintura", abunda el artista, cuyo interés en la plástica va más allá de la imagen, asegura.
"Practico el arte como una realidad en sí, que genera un ente con materia, sensualidad; esas posibilidades que sólo tiene la pintura".
La muestra se inaugura hoy a las 19:30 horas en la Galería de la Secretaría de Economía, donde permanecerá hasta el 4 de abril.