Transporte y Movilidad

Autotransporte mexicano frente a la revisión del T-MEC

Una revisión estratégica del tratado trilateral podría redefinir el papel del autotransporte en la competitividad regional.

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El autotransporte es clave para conectar las cadenas productivas y logísticas de la región.

La próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), programada para julio de 2026, vuelve a colocar al autotransporte de carga mexicano en un papel estratégico dentro del comercio trilateral y la competitividad regional.

El sector, responsable de más del 80 por ciento del transporte de mercancías de México hacia Estados Unidos, enfrenta el desafío de mantener su presencia en el mercado estadounidense ante posibles ajustes en las reglas del tratado.

Durante su participación en la Convención Nacional de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), el consultor internacional Moisés Zabaleta López destacó que el autotransporte mexicano es fundamental para conectar el comercio interno con los mercados del norte y sur del país.

“Su papel es esencial en la interconexión de cadenas de suministro, procesos productivos y empresas logísticas, facilitando negocios eficientes y de calidad, especialmente entre México y Estados Unidos”, señaló.

Según datos de Consultores Internacionales Ansley, la Oficina de Comercio de EE. UU. y el Bureau of Transportation Statistics, en 2024 el comercio bilateral alcanzó casi 800,000 millones de dólares, con un incremento de casi 40 por ciento en las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos respecto a 2019. En el primer semestre de 2025, estas exportaciones sumaron 390,000 millones de dólares, proyectándose alcanzar 540,000 millones al cierre del año.

Actualmente, solo 82 empresas mexicanas operan en Estados Unidos con aproximadamente 1,474 unidades, frente a millones de transportistas estadounidenses. Zabaleta López recordó que el T-MEC incluye una reserva de EE. UU. sobre el transporte terrestre, que permite a este país adoptar medidas de restricción si las empresas mexicanas representaran un daño o amenaza al servicio estadounidense, aunque se requiere demostrar dicho impacto.

Respecto a la revisión del tratado, el consultor identificó tres posibles escenarios: continuidad por 16 años más; continuidad parcial con revisiones anuales; o extinción del T-MEC en 2036.

En cuanto al autotransporte, señaló 10 temas de potencial interés que podrían revisarse:

  1. Eficiencia de los cruces fronterizos.
  2. Infraestructura de transporte.
  3. Impulso de corredores intermodales.
  4. Digitalización y trazabilidad aduanal.
  5. Medidas de inspección coordinada.
  6. Políticas para la transición a la electromovilidad.
  7. Armonización de regulaciones y requisitos.
  8. Acuerdos de reconocimiento mutuo.
  9. Fortalecimiento de mecanismos en seguridad carretera.
  10. Mantener incertidumbre regulatoria en los programas de largo recorrido.

Estas acciones buscan garantizar certidumbre a largo plazo y condiciones equitativas para el comercio trilateral. Con la participación de la industria mexicana en las consultas previas a la revisión de 2026, el autotransporte pretende consolidar su rol estratégico y asegurar que México siga siendo un actor clave en la cadena de suministro de Norteamérica.

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