Laurel Hubbard hizo historia este lunes al convertirse en la primera pesista trans en la competición femenina de halterofilia en los Juegos Olímpicos, pero no pudo completar un levantamiento.
Hubbard no es la única deportista trans en Tokio, pero ha sido el centro de atención en calidad de aspirante a una medalla en la disciplina.
La neozelandesa se excedió en su primer peso, 120 kilos, llevando la barra por detrás de los hombros.
Su segundo intento, sobre 125 kilos, fue declarado inválido por decisión mayoritaria de los árbitros. El tercero fue prácticamente una repetición del primero, lo que descartó a Hubbard de la lucha por las medallas en la división de más de 87 kilos.
Las pesistas quedan eliminadas si no logran al menos un levantamiento válido en cada una de las dos partes de la competencia.
Además de Hubbard, otras atletas trans que participan en Tokio 2020 son Quinn, persona no binaria que es mediocampista del equipo femenino de futbol de Canadá, y Chelsea Wolfe, ciclista trans suplente en el equipo de BMX, estilo libre, de Estados Unidos.