Fiscales especiales de Corea del Sur interrogaron este jueves al vicepresidente de Samsung bajo sospecha de soborno, en un escándalo de tráfico de influencias que llevó a un juicio político a la presidenta Park Geun-hye.
Park sigue ocupando la presidencia, pero fue despojada de sus poderes mientras el Tribunal Constitucional decide si ratifica el juicio político realizado en diciembre y la convierte en la primera líder democráticamente elegida en ser obligada a abandonar el cargo.
Park ha negado cualquier irregularidad.
"Lo siento mucho por la gente de Corea del Sur por no mostrar una mejor cara", dijo a periodistas el vicepresidente de Samsung, Jay Y. Lee, a su llegada a la Fiscalía, donde fue recibido por manifestantes con carteles que pedían su detención y lo acusaban de ser cómplice de la presidenta.
Los investigadores deberán decidir ahora si buscan una orden de detención en contra de Lee, de 48 años, dijo a periodistas el portavoz judicial Lee Kyu-chul.
El juicio político en el Parlamento en contra de Park fue aprobado por las acusaciones de que la mandataria permitió a un amigo, Choi Soon-sil, ejercer una influencia inadecuada sobre asuntos de Estado.
Choi está acusado de ponerse de acuerdo con Park para presionar a grandes empresas, entre ellas Samsung, para exigirles contribuciones a fundaciones sin fines de lucro que apoyan las iniciativas de la presidenta.