Tasa de referencia

Las pruebas de estrés reflejadas demostraron que el sistema bancario mexicano puede enfrentar escenarios como el debilitamiento prolongado y acentuado en el consumo y la inversión nacional, una recesión en EU y un posible ajuste en la calificación soberana y en la de Pemex.

El repunte en actividad económica y las expectativas de un segundo semestre más dinámico, ponen en tela de juicio movimientos de fuertes recortes a la tasa hacia adelante.

La inflación tanto de las mercancías alimenticias como de las no alimenticias se incrementó en el último mes.

El Banco de México llevará a cabo otro recorte de 50 puntos base en junio, seguido de dos recortes de 25 puntos base, en agosto y septiembre, para llevar la tasa de referencia a 7.50 por ciento antes de fin de año.

Tomando en cuenta que la inflación en los últimos 20 años ha promediado 4.3 por ciento, los agentes del mercado han estimado la continuación de un ciclo agresivo de recortes para las tasas de referencia, argumentando el “espacio” que tiene Banxico.

Gabriela Siller, analistas de Banco Base, expuso que el volver a cortar la tasa en 50 puntos base en la reunión de mayo es importante, porque “implica una política monetaria probablemente más flexible de lo que se estimaba.

La depreciación cambiaria podría ser significativa y considerada permanente, lo que pondría presión a la inflación en el corto plazo.

Dos elementos clave guiarán la discusión sobre el desacoplamiento entre las tasas de interés de EU y México: la desaceleración económica y el impacto sobre el tipo de cambio.

De los 22 años en que ha estado vigente el objetivo de 3.0 por ciento de inflación, únicamente durante 2015-2016 el Banxico ha logrado una convergencia completa.

Banxico mantiene sobre la mesa la posibilidad de otro ajuste a la baja de medio punto en la próxima reunión de marzo.