Desaceleración de la economía

El aumento en la recaudación se está dando en un contexto de desaceleración económica, lo que sugiere una mejora en la eficiencia recaudatoria, lo cual es positivo.

Frente a este nuevo mundo, la política económica tradicional enfrenta un espejo que devuelve más preguntas que respuestas. Los bancos centrales, y en buena medida las autoridades fiscales, enfrentan una expectativa social desalineada con la realidad estructural. Se les exige resolver con herramientas de corto plazo problemas de largo aliento.

Esto se debe a que las instituciones financieras han mantenido políticas prudentes de originación, altos niveles de capital y liquidez, y una gestión activa del riesgo.

La inversión se puede ver afectada tanto por las potenciales políticas de Estados Unidos, como por las reformas en México.

El equipo de inversiones de Fintual comentó que, “no vemos que la desaceleración tenga un mayor impacto en el mercado bursátil local, pero sí las decisiones que vaya tomando el nuevo gobierno.

Las perspectivas para el IGAE no son nada buenas, pues especialistas estiman que después de la caída de 0.5%, el indicador avanzará apenas 0.1% en diciembre.

En los últimos datos, nuestra industria manufacturera cae más rápido, comparando con el mes previo, que la de Estados Unidos.

El indicador del Inegi sobre actividad económica señala que durante septiembre México continuó con una desaceleración de su economía que viene desde julio.

En México, el S&P/BMV IPC aumentó 0.97 por ciento.

Las más recientes encuestas de actividad en el sector de servicios, el de mayor participación en el PIB norteamericano, refuerzan la expectativa de un hard landing.